En el búnker del PRO no le tienen ninguna confianza al ministro de Economía Sergio Massa y su política para desacelerar la escalada inflacionaria. Al menos así queda expuesto en el incremento de los montos que buscan sus dirigentes a la hora de recaudar para las campañas electorales de este año. Es que en mayo del año pasado trascendió que la presidenta del partido, Patricia Bullrich, organizaba almuerzos con empresarios y militantes, en los que cobraba 50.000 pesos el cubierto, pero los comensales que asistieron en le inicio del 2023 aseguran que el número pegó un salto mayor a cualquier otro y llegó a los 600.000 pesos la comida.

La información fue publicada este viernes en el diario Página/12 a partir de declaraciones de algunos empresarios sorprendidos por el aumento de la tarifa del almuerzo con la exministra de Seguridad y precandidata presidencial por Juntos por el Cambio. Los recursos en principio irían dirigidos a financiar esa carrera a la Casa Rosada, en una interna que tiene a Horacio Rodríguez Larreta y la billetera del gobierno porteño como principal escollo para arribar a las generales.

Según reconstruyó el medio citado, Bullrich eligió para sus encuentros con ceos y militantes el Hotel Palladio -céntrico, de poca exposición pública, pero de 5 estrellas-. Varios de los que asisten llegan de la mano del expresidente Mauricio Macri, un gesto que marcaría cierta inclinación a favor de su exfuncionaria en detrimento del alcalde de la Ciudad de Buenos Aires. Algunas fuentes del PRO incluso sostienen que, antes de que se instale el búnker para los almuerzos, el exmandatario la llevó a Punta del Este a una reunión con empresarios, a los que les pidió que la apoyen.

Ahora, ya instalada en territorio porteño, la representante del ala más dura de Juntos por el Cambio sorprende a sus interlocutores con el nuevo precio de las tarjetas, que llegan hasta 600 mil pesos. «El año pasado cobraba mucho menos, se ve que no le cree a Massa cuando dice que la inflación va a la baja», bromeó ante el periodista Leandro Renou uno de los que participó de esas comidas.

Hasta el momento desfilaron -al menos en cuatro oportunidades- empresarios de la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (Cilfa) y la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (Caeme), las dos más grandes del sector; también ceos de la actividad automotriz; de la minería; titulares de frigoríficos; y comerciantes de considerable porte.

Esta práctica recaudatoria no es nueva en el mundo cambiemita. Cabe recordar que el periodista Hugo Alconada Mon reveló en su libro «La raíz de todos los males» que, de cara a las elecciones de 2015, «Macri se reunía con empresarios muy grosos, uno a uno, y con otros» de menor envergadura «de a 25 personas» y «les pedía el 1% del patrimonio de ellos, y ante el asombro, les argumentaba que él exigía el 1% porque el 99% restante iba a valer mucho más con él como presidente de la Nación».

Respecto a los temas que elige desplegar Bullrich en esos encuentros, uno de los que comió con ella planteó ante P/12 que hace foco en la libertad de los mercados y un punto sensible: un control «estricto» a los sindicatos y movimientos sociales. «Lo de Patricia, como lo cuenta ella, es impracticable, es una bomba los primeros diez días. Y después de eso hay que ver quién queda. Ella habla todo el tiempo de (Javier) Milei, que la verdad es un peligro para cualquier estructura a la hora de intentar gobernar un país», advirtió.