Gobernadores y dirigentes nacionales del justicialismo se reunieron hoy en la provincia de San Juan y reclamaron a la Nación la devolución de fondos coparticipables, al tiempo que advirtieron que si no hay una solución «política» a la problemática del reparto de recursos, las provincias «se verán obligadas a utilizar la vía judicial».

El encuentro desarrollado en el Salón Eloy Camus del Centro Cívico de la capital de San Juan fue la primera cumbre del PJ tras la derrota en las elecciones de 2015 y concurrieron once gobernadores más un numeroso grupos de vicegobernadores y dirigentes nacionales del justicialismo.

Si bien el tema central fue la coparticipación y las críticas a las últimas medidas adoptadas por el presidente
Mauricio Macri en ese sentido -especialmente el aumento del reparto para la Ciudad de Buenos Aires- la reunión sirvió como una primera demostración de fuerza de los peronistas con poder territorial de cara a su propia interna.

En el encuentro los mandatarios firmaron un documento titulado «Por un verdadero federalismo», en el que subrayaron que «en lo inmediato, se debe devolver el 15 por ciento que se detrae de la masa de fondos coparticipables desde el año 1992, ya que la Corte Suprema de Justicia a fines del 2015 estableció que esa detracción es inconstitucional».

documento-pj

Sobre este punto, los caudillos peronistas indicaron que «se vive una situación de profunda inequidad» porque el fallo de la Corte al que se refieren ordenaba devolver esos fondos a San Luis, Santa Fe y Córdoba pero no al resto de las provincias, y si bien esa situación fue «corregida por el Decreto 2635/15»,
Macri lo derogó.

Esa fue una de las críticas que los gobernadores le hicieron a Macri pero no la única, dado que el documento empieza calificando como una «pésima noticia» la decisión del Presidente de «aumentar por decreto los fondos que por coparticipación federal de impuestos recibirá a partir de ahora la jurisdicción más rica del país en un 268 por ciento».

Los mandatarios hicieron público así el malestar que venían acumulando por esas dos decisiones de la Casa Rosada que minaron el diálogo iniciado tras la asunción de Macri y cultivado por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.

La lista de reclamos de los gobernadores peronistas continuó con el pedido de «encarar una discusión política» para «establecer un nuevo régimen federal de coparticipación de impuestos», como manda el artículo 75, inciso 2, de la Constitución Nacional.

«Aquí estuvo representado el interior del país. Está claro que queremos ser tenidos en cuenta en la reasignación de recursos y terminar con los discursos para trabajar, concretamente, en construir una Argentina federal en serio», expresó Urtubey al término del cónclave.

Horas antes de ingresar a la reunión, el entrerriano Bordet señaló por su parte que el encuentro «es un buen punto de partida para afianzar el federalismo; encontrar un régimen de coparticipación que solucione inequidades, dé previsibilidad y asegure la gobernabilidad».

Los mandatarios provinciales, quienes con este pliego de reclamos no solo advierten al oficialismo sobre posibles consecuencias judiciales, sino que condicionan la construcción de consensos en el Congreso que el Gobierno necesitará muy pronto.

La cumbre fue encabezada por el gobernador de San Juan, Sergio Uñac, y su antecesor y diputado provincial José Luis Gioja, uno de los hombres más respetados entre los caciques del PJ nacional.

Participaron los gobernadores de Salta, Juan Manuel Urtubey; de Formosa, Gildo Insfrán; de Entre Ríos, Gustavo Bordet; de La Rioja, Sergio Casas; de Tucumán, Juan Manzur; de Catamarca,
Lucía Corpacci; de Santiago del Estero, Claudia Ledesma Abdala; de La Pampa, Carlos Verna; de Chaco, Domingo Peppo y de Santa Cruz, Alicia Kirchner.

También estuvieron el presidente del Consejo Nacional del PJ, Eduardo Fellner, y el jefe del bloque de senadores nacionales, Miguel Ángel Pichetto, entre otros.

La reunión mostró la unidad de este sector del peronismo no sólo frente al Gobierno nacional, sino frente a la futura pelea interna por la conducción partidaria en la que trata de meterse
el ala kirchnerista, pese a la resistencia de muchos de los dirigentes que concurrieron al cónclave.