Los restos del fiscal Alberto Nisman fueron inhumados hoy en el Cementerio Israelita de La Tablada en medio de muestras de dolor de sus familiares y amigos, mientras que un grupo de personas solicitaba «justicia y verdad» en las adyacencias.

Poco después de las 9:45, el cortejo fúnebre que trasladó los restos de Nisman partió desde la casa velatoria de la calle O’Higgins en el barrio porteño de Nuñez en medio de un fuerte operativo organizado por personal de la Policía Federal.

Vecinos de la zona autoconvocados aplaudieron la salida del cortejo y arrojaron flores sobre el móvil que transportaba el féretro mientras que a través de carteles y cánticos aclamaban al fiscal y solicitaban que el caso sea esclarecido.

El arribo al cementerio se produjo aproximadamente a las 11:15 con una docena de motociclistas de la Policía Federal precediendo al cortejo integrado por un automóvil transportando las coronas, otros dos con allegados al fiscal, y un tercero donde se encontraba el féretro.

Un fuerte operativo de personal de la Policía de la Provincia de Buenos Aires fue establecido a más de doscientos metros de la entrada a la necrópolis, sobre la calle Montenegro, impidiendo el ingreso de personas que aplaudieron el paso del séquito.

Tras una ceremonia religiosa, con un ritual judío que descarta la hipótesis del suicidio y que se extendió por el lapso aproximado de una hora, el fiscal Alberto Nisman fue inhumado hoy en el Cementerio Israelita de La Tablada.

El velatorio se extendió durante la madrugada después de que el cuerpo del fiscal fuera sometido al «lavado ritual» en la cochería de la Asociación Mutual Israelita Argentina «de acuerdo a lo establecido por las normas judías».

«El pedido expreso y conjunto de la familia y de AMIA es que tanto las ceremonias del velatorio como del entierro puedan realizarse en un marco de absoluto respeto hacia su memoria, y de especial cuidado hacia la intimidad de los deudos directos», había explicado la entidad judía.

Entre las ofrendas florales que fueron enviadas al lugar de velatorio por distintos organismos, algunas de las primeras en llegar fueron las del Ministerio Público Fiscal y la de la Procuración General de la Nación, pero esta última fue tironeada y rota por manifestantes.