Voto a voto, cabeza a cabeza. Así de reñidas fueron las elecciones generales de ayer para definir el destino de los santafesinos. Por una diferencia mínima, con apenas 2.128 votos de ventaja y con el 95% de los votos computados, el candidato Miguel Lifschitz, del Frente Progresista Cívico y Social, por ahora se queda con la victoria, ya que todo se definirá en el escrutinio definitivo que comenzaría el próximo miércoles. El candidato del PRO, Miguel Del Sel, se posiciona en segundo lugar y Omar Perotti, del Frente Justicialista para la Victoria, está tercero en los números, a un solo punto de diferencia de los candidatos más votados.

Sin embargo, durante el recuento provisorio, tanto Lifschitz como Del Sel se declararon ganadores, por lo cual será crucial el escrutinio definitivo para determinar quién será el futuro gobernador de Santa Fe. A este escenario, se sumó además Perotti, quien anticipó que dará pelea legal y pedirá el conteo de hasta el último voto.

Hasta el momento, 95,45 es el porcentaje de las mesas computadas y Lifschitz se impone con el 30,69%, lo sigue Del Sel con el 30,58% y por último, Perotti con 29,25%. Ya más lejos y con una amplia diferencia, se ubica Oscar Martínez del Frente Renovador con el 3,68%. Octavio Crivaro, del Frente de Izquierda y los Trabajadores, alcanza tan solo un 2,33%, posicionándose en el último lugar.

En ese marco, se vivirán días de mucha expectativa en la ciudad hasta que se conozcan los resultados finales de unas elecciones tan reñidas y de extrema paridad como las de ayer.

En un escenario único, de diferencias mínimas entre los candidatos, el Frente Progresista se muestra confiado y seguro de que estirará el margen con Del Sel ya que de los 304 telegramas desestimados en toda la provincia, más de 100 corresponden a la ciudad de Rosario, distrito donde Lifschitz pudo sacar ventaja y acortar la distancia que le había sacado Del Sel en las Primarias de abril pasado.

Precisamente Rosario será la clave para ver si se da definitivamente el triunfo de Lifschitz, distrito donde aún falta computarse un 5,19% de las mesas. Así, Rosario volvió a fidelizar su pertenencia al Frente Progresista al sacarle casi diez puntos al PRO y las chances de arrebatarle la gobernación al oficialismo se achicaron. Si se confirman estos resultados, el ex Midachi, al igual que en 2011, quedará a las puertas de un triunfo por un escaso margen.

Mientras tanto, en la capital provincial el candidato del PRO tampoco pudo marcar la diferencia y Perotti se quedó con el triunfo alcanzando el 33,02%. Lo siguió Del Sel con el 29,37% y Lifschitz se ubicó tercero con el 28,15%.

De los tres candidatos, el que más crecimiento tuvo desde abril hasta las generales de ayer fue el postulante peronista. Perotti en las internas obtuvo el 22 por ciento de los votos, y ayer lo incrementó hasta pasar el 29 por ciento. Traducidos a votos, más de 200 mil que en las Paso.

Del Sel, quien en las Primarias resultó ganador con el 32 por ciento de los votos, ayer no pudo pasar esa barrera porcentual. El candidato del PRO se estancó y no pudo (o no supo) torcer la historia a su favor, sin aprovechar el hándicap que le había otorgado ser el ganador en las Paso, incluso si se sumaban los votos de Lifschitz y Barletta juntos.

La hipótesis de una fuga de votos de Barletta hacia del Del Sel se derrumbó. Lifschitz pudo mantener gran parte de esa caudal en el torrente del Frente Progresista, y los que se fueron, no los capitalizó Del Sel sino Perotti.

Más allá de lo que suceda ahora con la batalla legal en el Tribunal Electoral, lo cierto es que el próximo gobernador asumirá con apenas el 30 por ciento de los votos. Una situación de debilidad que deberá revertir para darle sustento y gobernabilidad a la próxima gestión.

Si los números finales confirman su triunfo, Lifschitz podrá gozar de una situación política favorable que no tuvo desde el inicio la gestión de Antonio Bonfatti. El actual gobernador se impuso holgadamente en la categoría de diputado, por lo que el Frente Progresista pasará a dominar la Cámara baja provincial.

Se trata de un final reñido, que recién quedará esclarecido con el recuento definitivo de votos. Por ahora Lifschitz puede cantar victoria, pero solo por ahora…