Distintas reuniones, negociaciones y llamados reafirman que el presidente electo, Alberto Fernández cada vez está más cerca de cerrar acuerdos con China por distintos motivos pero el más certero es la construcción de una central nuclear en Argentina.

El primer acercamiento de autoridades fue posterior a las elecciones cuando el presidente de China, Xi Jinping, felicitó a Alberto Fernández por su victoria electoral a través de una carta que el embajador de ese país en la Argentina, Zou Xiaoli, entregó en mano a Felipe Solá, uno de los
asesores del mandatario electo y posible canciller en la próxima
gestión.

«Argentina es un buen amigo y socio», enfatizó Zou durante el
acto oficial que compartió con Solá para entregar la misiva que
Xi había firmado en Beijing. El funcionario chino adelantó: «Queremos una relación estratégica win-win».

De esa forma, el gigante asiático ratificó la intención de estrechar su relación con el próximo gobierno argentino, algo que es compartido en el entorno de Fernández, ya que todo indica que buscará no mantenerse tan ceca de los Estados Unidos como la gestión de Mauricio Macri, movimiento que llevaría a estrechar el vínculo con China.

A mediados de noviembre, Alberto Fernández le confió al nuevo director de la OIEA, el argentino Rafael Grossi que Argentina avanzará finalmente con China en el contrato para la construcción de la cuarta central nuclear.

Grossi comentó que en dicha reunión, “no estuvo ausente de la conversación el futuro del programa nuclear argentino”. Es decir, el desarrollo de las actuales centrales, los proyectos de INVAP para exportar tecnología y las negociaciones con China.

Cabe recordar que Cristina Fernández de Kirchner firmó un acuerdo de $12 mil millones de dólares con China en el 2014, para construir un cuarto reactor, el Atucha III, pero Macri, lo echó para atrás, aludiendo “razones presupuestarias” y descartó varios de los grandes proyectos que Fernández de Kirchner firmó con China en su gobierno. Aunque Macri llegó a un acuerdo con China para reducir el precio acordado del cuarto reactor llevándolo a $9 mil millones de dólares, Macri se negó a firmarlo en tres ocasiones distintas, lo cual enfureció a los representantes chinos.