El presidente Alberto Fernández encabezó en la tarde de este miércoles, en la Casa Rosada, la presentación de la reforma judicial que impulsa su gobierno, acompañado por los once integrantes del Consejo de asesores que estudiarán el funcionamiento de la Corte Suprema.

Sobre este proyecto, el mandatario aseguró que «la defensa del derecho reclama como indispensable que el sistema se adecué a la norma» y sostuvo que «el Poder Judicial debe estar en manos dignas, no permeables a ninguna presión».

El presidente destacó que propone «organizar mejor la justicia federal» y que «el poder decisorio no se concentre en poco magistrados» porque eso fue lo que llevó a que ese fuero «se politizara», que «los procesos no se desarrollaran con eficacia» y se «manipularan los tiempos en función del clima político imperante».

Además, resaltó la necesidad de una Reforma Judicial para que «nunca más» exista «una política que judicializa los disensos», y aseguró que sin un sistema de justicia «independiente del poder político, no hay república y democracia».

Fernández consideró que “es hora de unificar los fueros criminal y económico” y aclaró que la nueva estructura no afectará el principio del juez natural, al tiempo que aseguró que el proyecto de Reforma Judicial propone, entre otras cuestiones, un «fortalecimiento de la justicia federal» con la creación de juzgados en las provincias y una «especialización por materia».

Esta iniciativa busca duplicar y unificar los juzgados federales y designar un consejo de notables para que asesore al Poder Ejecutivo y al Ministerio Público sobre el funcionamiento del sistema.

Por otro lado, el mandatario advirtió que será «causa grave de mal desempeño» de sus funciones, que los magistrados no cumplan con las reglas que dispone el proyecto de Reforma Judicial, entre las que se cuentan que todas las personas reciban trato igualitario y que eviten valerse del cargo para defender intereses privados.

Del mismo modo, aseguró que los miembros del Consejo Consultivo que asesorarán sobre la reforma judicial “tendrán plena libertad” para formular las propuestas que «la sociedad demanda”, y añadió que “ningún país avanza sin un adecuado servicio de justicia”.

«Es hora de tener una justicia proba que haga respetar el estado de derecho y que funcione en forma independiente de los poderes político y fácticos», expresó el presidente.

Al presentar el proyecto, Fernández repasó las intromisiones de la política en la Justicia a lo largo de la historia argentina.

En este sentido, afirmó que durante el gobierno de Mauricio Macri «el cuestionamiento a jueces que se mostraron independientes se volvió cotidiano» y subrayó que «la arbitrariedad procesal fue ganando terreno en desmedro de las normas».

También se refirió a la causa que investiga el supuesto espionaje ilegal realizado por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante la gestión de Cambiemos, al sostener que el organismo «quedó en un manto de sospecha» por intervenir en causas judiciales y que «el principio de incocencia en juicio se vulneró».

En el Salón Blanco de la Casa Rosada, el presidente se mostró acompañado por los miembros del equipo; la vicepresidenta de la Corte Suprema, Elena Highton; la ministra de Justicia, Marcela Losardo; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; y el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, entre otros.