El encuentro virtual de presidentes por el 30 aniversario del tratado de creación del Mercosur evidenció que el diálogo entre los países miembros está hoy cruzado por el debate acerca de los aranceles externos, punto que quedó explicitado en un cruce discursivo que se dio entre Alberto Fernández y su par uruguayo Luis Lacalle Pou.

Aunque el balance sobre tres décadas de historia común y la pandemia de coronavirus fueron el telón de fondo del acto, el contrapunto de visiones quedó de manifiesto en distintos momentos del encuentro: desde la momentánea desaparición de Jair Bolsonaro en medio de la ceremonia y el discurso del mandatario uruguayo que habló del Mercosur como un «corset», hasta la respuesta de Fernández cuando afirmó que Argentina «no es lastre de nadie».

El presidente argentino, que además es presidente protempore del Bloque regional, había abierto el encuentro trazando un «balance honesto» en el que repasó, según sus palabras, los «logros alcanzados, las deudas pendientes, y desafíos».

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Después de hablar de la integración en diversas materias, al momento de hablar de la cuestión comercial, Fernández abogó por una «visión pragmática» que plantee «una agenda de mediano plazo» que propicie una integración «a favor» de los sectores productivos locales.

Esos conceptos tienen un trasfondo concreto que se traduce en el debate por el Arancel Externo Común (AEC), una «barrera» arancelaria que todos los países del bloque adoptan ante mercados extranjeros y que, según las palabras del presidente argentino, «está en revisión».

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«No creemos que una reducción del Arancel Externo Común parcial y lineal para todo el universo arancelario sea el mejor instrumento frente a la posibilidad de nuevos acuerdos con otros países», explicó.

Por su parte, Bolsonaro realizó un corto y formal discurso, en el que pidió implementar las medidas necesarias para facilitar la inserción del bloque en las «cadenas mundiales de valor» a través de «reglas que valoren el clima de negocios».

Esas palabras se explican en un contexto en el que Brasilia redujo -en los últimos días- aranceles de importación «de manera unilateral, que complican a los socios del bloque», según explicaron fuentes gubernamentales argentinas.

A su turno, el presidente uruguayo fue vehemente al afirmar que su Gobierno «no está conforme» con las condiciones actuales y que genera «frustración» la imposibilidad de avanzar en acuerdos extrarregionales.

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Desde Montevideo se habló de una necesaria «flexibilización», a la cual Lacalle Pou se refirió de manera frontal cuando expresó que las condiciones actuales son un «lastre» y un «corsé» para el desarrollo uruguayo.

También hicieron uso de la palabra los presidentes de Paraguay y de Chile y Bolivia, pero Fernández cerró el encuentro con palabras que aludieron al discurso de Lacalle Pou.

«Si nos hemos convertido en una carga, lo lamento. No queríamos ser una carga para nadie. Terminemos con esas ideas que ayudan tan poco a la unidad. No queremos ser lastre de nadie. Si somos un lastre, que tomen otro barco. No somos lastre de nadie, es un honor ser parte del Mercosur», sentenció Fernández.

El debate sobre la política arancelaria no está cerrado y tendrá un próximo capítulo en la reunión de cancilleres que se celebrará el próximo 22 de abril.