La Justicia incluyó el viernes pasado a Leonardo Fariña en el régimen especial de protección de testigos e imputados atendiendo un argumento del financista: temor sobre represalias sobre su familia debido a lo que contaría en los tribunales.

Fariña dio nombres, describió la operatoria de la obra pública durante el kirchnerismo y el detonante para que sea incluido en la ley 25.764, que brinda protección tanto a testigos como a imputados, fue que el ex marido de Karina Jelinek dijo tener más miedo por su padre y su hijo que por sí mismo.

Aunque el «arrepentido» no denunció amenazas o algún incidente que hayan sufrido él o su familia, ese fue el motivo por el que el juez Sebastián Casanello, tras un dictamen favorable de fiscal de Cámara Diego Velazo, lo incluyó bajo el sistema de protección.

Fariña dijo no tener miedo respecto de sí mismo, puesto que él ya estaba jugado e, inclusive, ni bien llegó al penal en la madrugada del sábado les comentó a los penitenciarios de Ezeiza que se sentía aliviado, porque se había sacado un peso de encima al declarar ante Casanello.

La clave del ingreso de Fariña al sistema de protección es que así como obtiene beneficios, como ser atenuarle la pena al momento de dictarse veredicto en juicio oral y público, también tiene obligaciones, como ser la de no exponerse o bien brindar información, porque de lo contrario saldría automáticamente de este nuevo régimen.

Fuentes judiciales aseguraron que mucha información aportada por Fariña es verificable, por lo que Casanello ya comenzó a hacerlo con los allanamientos ordenados en las últimas horas y al hacer lugar a muchas medidas de prueba solicitadas por el fiscal Guillermo Marijuan al imputar a la ex presidenta Cristina Kirchner; el ex ministro de Planificación Federal Julio de Vido y otras personas, un total de 15.

Fariña ya está alojado en el módulo 1 pero bajo resguardo de integridad física: implica que no se cruza en ningún momento con otros detenidos que están en el mismo pabellón y que está continuamente monitoreado por cámaras de vigilancia.

Por el momento, Fariña seguirá alojado bajo ese régimen aunque no descartaron que pueda salir en libertad, ya que él no está con prisión preventiva en el marco de esta causa en la que sí está procesado, sino que lo está desde hace más de dos años por evadir impuestos por más de 30 millones de pesos.

Esta última causa está a punto de comenzar el juicio oral y público y es por esa misma que lleva dos años detenido y hace poco le prorrogaron por otros seis meses la prisión preventiva: este tal vez fue el detonante que lo hizo a Fariña cambiar de parecer y empezar a hablar.