El brindis de fin de año de los industriales santafesinos estuvo atravesado por el pésimo momento que vive el sector y una potente convocatoria política. En el primer caso primó el enojo con el gobierno nacional y muy medidos deseos de un mejor año, no porque los empresarios presentes no lo deseen sino porque ser realista para ellos implica ser más escépticos que optimistas. Con respecto a la convocatoria, en la antigua casona de Entre Ríos al 1400 dieron el presente la ministra de Producción Alicia Ciciliani y los dos candidatos a gobernador hoy con más posibilidades de suceder a Miguel Lifschitz: Antonio Bonfatti y Omar Perotti.

Una copa de champán, bocaditos, un presente para los invitados y mucha charla. Así fue de austera la despedida de año de la Fisfe. La industria es uno de los entenados del modelo macrista. En octubre la industria santafesina cayó por sexto mes consecutivo, 4% interanual y lleva acumulado un -2,4% en los primeros meses del año en relación al mismo período de 2017.

A la hora de los discursos, el presidente de los industriales santafesinos, Guillermo Moretti, aprovechó las presencias políticas para reiterar los pedidos que están al tope de la agenda de la Federación: “Por favor, necesitamos urgente la adhesión a la ley de Aseguradoras de Riesgo del Trabajo, el otro tema es el medioambiental y el tercero, que sale de Santa Fe, es la ley de emergencia industrial”.

Moretti dio una mirada alternativa a la del gobierno nacional en relación a que déficit fiscal e inflación son la madre de todos los males de a Argentina. “Tenemos que revisar todas estas cosas porque si no los empresarios las asumimos como verdades reveladas. No. El problema está en otro lado, que hay ganadores y perdedores en el modelo, en este caso para la Argentina los perdedores somos nosotros”.

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Tras la intervención de la ministra Ciciliani, Bonfatti recogió el reclamo por la adhesión a la ley de ART en su condición de presidente de la Cámara de Diputados de la provincia.

Como respuesta a la impaciencia que el empresariado mostró en 2018 sobre la ausencia de un acuerdo en la Legislatura, reiteró ante los industriales que “la ley nacional era inaceptable porque establecía una sola junta médica para toda la provincia” perjudicando a trabajadores que, para hacer un reclamo, debían viajar cientos de kilómetros. Describió el trabajo que hizo entre las dos cámaras y el Ejecutivo, y las consultas al fuero laboral y a otras provincias. Confirmó que el resultado final de esa labor y búsqueda de consensos se plasmó en el proyecto de ley que ingresó al Senado en las últimas horas (esto implica que podrá ser tratado en febrero en extraordinarias).

Se pasó todo este año porque no se ponían de acuerdo, ahora pasó a febrero, esperemos que salga lo antes posible”, refunfuñó un industrial venido de otra ciudad de la provincia.

La adhesión de Santa Fe a esa norma nacional de finales de 2016 no prosperó por contundente oposición del peronismo y del Frente Progresista. Establece una instancia obligatoria previa al reclamo judicial por un accidente o enfermedad laboral teniendo que pasar el trabajador por una junta médica. El objetivo declarado por Nación es desbaratar la industria del juicio laboral.

Pasados los discursos y el brindis final, entre industriales que se saludaban y comentaban las últimas alternativas de la economía y sus empresas, se mezclaron los candidatos. Bonfatti y Perotti aprovecharon para saludar uno por uno.

¿Si se cruzaron? Sí. Fue en un ambiente contiguo al hall central, donde la organización había dispuesto una mesa con copas y bocaditos y por lo tanto allí se había afincado el reducido puñado de periodistas invitado al encuentro.

En ese momento, Bonfatti, ya en plan de despedida, se arrimó al grupo donde se encontraba el senador. Les pidieron un par de fotos a ambos con los directivos de la Fisfe. No fue más que eso, no intercambiaron diálogo. Luego Bonfatti se despidió con un “Chau Omar” y ambos se dieron la mano, no en el estilo formal sino entrelazando pulgares. No hubo chanzas ni sonrisas entre los dos grandes candidatos de la política santafesina. Ambos se están preparando para una contienda electoral sin cuartel, que se insinúa de las menos amistosas de los últimos años.

Retirado ya Bonfatti del lugar, con la diputada nacional Alejandra Rodenas y su esposo y operador político Jorge Llonch haciendo migas con los anfitriones, de pronto Perotti se vio rodeado de adversarios y en franca minoría. El tema saltó cuando la charla derivó al terreno futbolístico y el senador nacional, simpatizante de Atlético Rafaela pero hincha de Racing de Avellaneda, departía con tres periodistas, el abogado de la Fisfe y el presidente de la Asociación Empresaria, todos fanáticos de Independiente. Un cuarto periodista leproso en ese grupo circunstancial certificaba que esto era Rosario y no estaban en el brindis de la unión industrial de Avellaneda.