El presidente Alberto Fernández encabezó hoy el acto de entrega de 48 viviendas en la localidad bonaerense de Avellaneda durante el cual señaló la importancia del Estado como impulsor de políticas que terminen con los «desequilibrios y desigualdades» y, en ese sentido, recordó como hito preponderante al 27 de abril de 2003, fecha en que Néstor Kirchner accedía al balotaje para la presidencia de la Nación. Además, cuestionó  al gobierno anterior por no haber terminado las viviendas que comenzaron a construirse durante la gestión de Cristina Kirchner, señalando que la única razón para que ello haya ocurrido es el odio.

Del acto en el barrio Saladita participaron además, el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, el ministro del Interior, Eduardo «Wado» De Pedro y la Ministra de Género, Mujeres y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta. Durante el mismo, el mandatario destacó que, «aun en pandemia», su Gobierno nunca cedió sus «banderas y convicciones» que son la lucha contra «el hambre» y la asistencia a «los desposeídos», y puso el acento en el carácter crucial de un Estado presente para llevar adelante políticas sanitarias, habitacionales y educativas que el mercado no lleva adelante.

«A los peronistas lo que más nos interesa es el progreso social y la igualdad. Que todos crezcan donde nacen, que ahí encuentren educación y trabajo y vivan felices. Queremos terminar con los desequilibrios y las desigualdades. Combatir ese flagelo que es el hambre y la pobreza. Nada de eso ocurre si el Estado no está presente. Esto no lo hace el mercado, lo hace el Estado. Si el Estado no lo hace, estas casas no existen. Las universidades del Conurbano que otros dijeron que no servían para nada están llenas de primeras generaciones de estudiantes universitarios hijos de trabajadores», señaló el jefe de Estado, y sentenció: «Si esto se llama estatismo o populismo, pónganle el nombre que quieran. Para mí es resolverle los problemas a la gente».

Además, recordó que esas viviendas comenzaron a construirse durante la gestión de Cristina Kirchner y quedaron prácticamente terminadas en diciembre de 2015. «¿Cómo es que no se terminaron? La única respuesta que le encuentro es el odio. Que alguien odie tanto que prefiera que las casas queden vacías a que alguien recuerde quién las hizo», sostuvo Fernández. Y exclamó: «¿A mí qué me importa si estas casas las terminó Cristina si yo lo único que quiero es que tengan casa? Eso debería importar a quien gobierna. Lo importante es resolver los problemas de la gente. La mejor democracia que podemos construir es la que continúa resolviendo los problemas de la gente más allá del tinte político que cada uno exponga».

El primer mandatario consideró además que «no hay nada más lindo que entregar viviendas porque la vivienda es un derecho humano». «Hacer viviendas no es solamente darle un techo a cada no, es darle condiciones de vida: un lugar donde los chicos puedan ir al colegio, los jóvenes puedan hacer deporte, donde todos tengan agua y cloacas», señaló.