El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, calificó esta mañana de «político» el paro de los gremios del transporte y acusó a los dirigentes sindicales del sector de impedir «ir a trabajar al que quiere hacerlo sólo porque se les ocurre a ellos».

En declaraciones formuladas en Casa de Gobierno, el jefe de ministros señaló que «dos millones y medio de trabajadores» ya acordaron aumentos salariales en paritarias y acusó a los gremios del transporte de querer generar «zozobra» al «frenar la actividad del área metropolitana».

Mencionó las paritarias de metalúrgicos, empleados de comercio, encargados de edificios, bancarios, estatales y aceiteros, entre otros sindicatos, que ya cerraron sus acuerdos.

Fernández señaló que los gremios del transporte tendrían que participar de una «paritaria inteligente, abierta y libre». «La sociedad no compra lo que ellos les venden», señaló Fernández en referencia a los sindicalistas del sector y acusó a los jefes gremiales del transporte de poner «una condición que es casi una extorsión».

Defendió además la aplicación del impuesto a las Ganancias, al señalar que «el 7 u 8 por ciento de los trabajadores» es alcanzado por ese gravamen que forma parte, según dijo, de un «sistema solidario».

Señaló que se trata de un «impuesto a los salarios altos» y que apunta a una «transferencia de ingresos» dirigido a los sectores más postergados.

«El Gobierno nunca cortó el teléfono» con los sindicatos, aseguró además Fernández, quien reiteró que existe un «objetivo político» con el paro.

Además, vaticinó que los sindicalistas del transporte no podrán generar una escalada de paros porque «cuando tiren de la cuerda van a tener conflicto» al interior de sus propios sindicatos.

En cuanto a los sectores de izquierda que realizan piquetes en accesos a la capital, el jefe de Gabinete consideró que son «funcionales» a los sindicalistas del transporte e ironizó que «lo esencial es invisible a los troskos».