Por la Política On Line

Aunque a la 1.39 de la madrugada de este miércoles el presidente de la comisión de Legislación General, Gabriel Bornoroni, comunicó que el gobierno y los bloques aliados habían alcanzado dictamen de mayoría con 55 firmas, el paso de las horas demostraría que no era así. Ya en la mañana, la pregunta que recorría los pasillos del Congreso era dónde estaba el dictamen y por qué nadie lo tenía.

«Lo que se votó no sirve, tiene más disidencias que apoyo, si va al recinto el gobierno pierde la votación», explicó a LPO uno de los negociadores. Y ahí se armó la cumbre en un lugar no precisado de la Recoleta, donde los jefes de los bloques aliados se reunieron con Federico Sturzenegger para tratar de delinear un «nuevo» dictamen que contenga los cambios acordados que el Gobierno ayer no quiso incluir en el texto final.

De hecho, esta mañana circulaban entre los diputados dos dictámenes: el que se votó anoche y uno con modificaciones. «No sé cuál es el que vale», se sinceró ante LPO el operador de un gobernador (ver documento adjunto). El caos obligó a postergar la sesión prevista para este jueves al menos una semana.

Todo fue muy irregular. En la madrugada de este miércoles, durante el debate en el plenario de comisiones, los secretarios parlamentarios de La Libertad Avanza (LLA) y los bloques aliados se movían entre las sillas de los legisladores para pedirles que estamparan su nombre en las hojas que llevaban en sus carpetas. Sin embargo, el expediente sobre el cual discutían no aparecía. «Firmaron un cheque en blanco», dijo a LPO un diputado radical.

Fue tan así que excepciones negociadas, como cero retenciones al maíz pisingallo que pidió Córdoba o mantener el subsidio eléctrico a zonas frías y tantas otras, entraban y salían de los distintos borradores de dictámenes que circulaban.

De hecho, esta mañana circulaban entre los diputados dos dictámenes: el que se votó anoche y uno con modificaciones. «No sé cuál es el que vale», se sinceró ante LPO el operador de un gobernador. El caos obligó a postergar la sesión prevista para este jueves al menos una semana.

Todo fue muy irregular. En la madrugada de este miércoles, durante el debate en el plenario de comisiones, los secretarios parlamentarios de La Libertad Avanza (LLA) y los bloques aliados se movían entre las sillas de los legisladores para pedirles que estamparan su nombre en las hojas que llevaban en sus carpetas. Sin embargo, el expediente sobre el cual discutían no aparecía. «Firmaron un cheque en blanco», dijo a LPO un diputado radical.

Fue tan así que excepciones negociadas, como cero retenciones al maíz pisingallo que pidió Córdoba o mantener el subsidio eléctrico a zonas frías y tantas otras, entraban y salían de los distintos borradores de dictámenes que circulaban.

La tarea no parece fácil porque en el medio de las negociaciones estallaron en la reunión de La Recoleta los tuits del ministro Caputo amenazando a los gobernadores y toreando a Pichetto. «Así es imposible», se resignó uno de los líderes de los bloques aliados. LPO había adelantado que en la reunión de gabinete de este martes el presidente Milei indagó sobre maneras de presionar a los gobernadores para que apoyen la ley y se acordó ahogarlos financieramente usando el Ministerio de Economía y el Banco Central.

Si a pesar de estas tensiones el acuerdo llegara, la idea de los jefes de bloque es introducir «por secretaría» las modificaciones acordadas cuando se trate el proyecto en recinto.

La desprolijidad confirma que esta madrugada, cuando los parlamentarios pasaban hojas membretadas a la firma de los legisladores, el dictamen «no estaba protocolizado», según admitió un diputado.

Si esto es así, el acto que anunció Bornoroni para cerrar el plenario de comisiones podría declararse nulo, como denunciaron los bloques de Unión por la Patria y la izquierda.