El candidato a gobernador de Santa Fe por el Frente Progresista Cívico y Social, Miguel Lifschitz, ratificó que de acuerdo a la información con la que cuenta, se impondrá en los comicios provinciales por una diferencia de entre «3.000» o «3.500» votos y descartó denuncias de irregularidades en el proceso electoral.

«Llevamos una ventaja de 2.100 votos. El escrutinio definitivo va a comenzar el miércoles y es probable que se amplíe un poquito esa diferencia a 3.000 o 3.500 votos», enfatizó Lifschitz en diálogo con la prensa en el bar Sunderland, en la zona costera de la ciudad.

Indicó además que sus datos le «están indicando una victoria» y aseguró que se trata de información «certera» aunque destacó: «Sé que tenemos que esperar» al escrutinio definitivo.

En declaraciones periodísticas, el dirigente socialista destacó que el conteo de votos es llevado adelante «por el tribunal electoral, por la Justicia y el Ejecutivo (provincial) no tiene nada que ver».

También resaltó que «ha habido 40 veedores internacionales y de todo el país y fiscales de todos los partidos, ninguno ha hecho ninguna observación».

«No hay ninguna posibilidad de fraude. No hay forma de hacer fraude con la boleta única, la boleta está ahí. De última, si hay dudas se van a abrir las mesa que sean necesarias. El Ejecutivo no participa en absoluto, no toca las boletas, no participa de nada. Hay absoluta garantía, fiscales de todos los partidos», advirtió.

Destacó que tanto su postulación como la del candidato del Frente Justicialista para la Victoria, Omar Perotti, «crecieron» desde las Primarias.

Sobre el resultado de los comicios, indicó que retuvo «el voto de (Mario) Barletta» en tanto que estimó que Perotti sumó votos de (Oscar) Cachi Martínez, de (Eduardo) Nuzzi, votos del peronismo que habían ido a otros candidatos y quizás le sacó algún voto a (Miguel) Del Sel».