Con motivo de la charla abierta organizada por la Asociación de Empleados de Comercio a cargo de Eduardo Rojas Cuellar(*), quien abordó temas inherentes al mundo del trabajo: “Las condiciones del mundo y el trabajo de hoy. Gramsci y la teoría práctica”, en el salón “Blanco” del Centro de Estudio y Formación de AEC, Conclusión dialogó con el investigador y repasó los temas que abordó frente a un colmado auditorio.

En dialógo con Conclusión, Rojas Cuellar precisó que son tres las ideas fuerza que preocupan su estudio y que la mismas versan sobres la relación existente entre sindicatos, sociedad y política. La experiencia adquirida por el movimiento obrero, el mundo y sus desafíos, y los nuevos estados de conciencia socio política que colisionan con valores que están amenazados de extinción. Aún, por estar vigentes.

El investigador, resaltó que éste «es un tiempo particular para reflexionar sobre la experiencia de los sindicatos ya que tienen una riqueza en su historia». Pero no solo esto último, sino «también tienen valores y memorias que rescatar y aspectos que olvidar, como toda agrupación humana. Pero en particular en argentina tiene valores que valen la pena considerar hoy, puesto que en el mundo de hoy esos valores y esa experiencia se están desvalorizando en el mundo».

Sentidamente, el sociólogo precisó: «No estamos aislados del mundo, hay visiones que se corresponden con el siglo XIX y principios del XX, creer que las cosas solo acontecen en un solo país es un error», y  «El mundo está entre nosotros y puede que algún trabajador afiliado a este sindicato ( por empleados de comercio) pierda su puesto por una decisión que se tomó en Lóndres», enfatiza y sentencia que el «mundo no está allá, esta también acá».

Y prosigue destacando aspectos de nuestra sociedad :»Es en esta constitución del mundo que la experiencia de los sindicatos tiene un valor que retomar, porque es un mundo que tiende a difuminar, atomizar, ocultar y olvidar. Casi es una acusación a la dirigencia de las organizaciones sindicales en el mundo que estamos viviendo incluido argentina».

Interrogado acerca de cuales son las complicidades que puede haber por parte del movimiento obrero en un país periférico para que su preocupación tenga arraigo en la realidad , Rojas afirma: «siempre hay complicidades de todos, si no fuéramos cómplices no viviríamos en sociedad, viviríamos en el cielo donde solo hay ángeles. Vivimos en la tierra donde todos somos cómplices».

Por caso, dice «antes yo creía que era impoluto (reflexiona en voz alta), pero todo demuestra que no es así, también soy responsable de lo que acontece a mi alrededor «, aseveró Rojas Cuellar.

Inmediatamente, asocia enhebrando convicciones con retrospectivas históricas:«Hay investigaciones en Argentina que demuestran que los sindicatos locales han tenido un gran protagonismo y hasta en determinados momentos fueron el sujeto histórico de un momento de la vida social y política. Sin embargo, en otros lugares del mundo, los sindicatos, siempre fueron ignorados, no así en Argentina que desde mediados del siglo 20 han sido artífices de muchos aciertos y también de algunos errores», desgrana con fluida intención.

Por otra parte, desliza que «será necesario reflexionar en forma gramsciana o desde la visión de Walter Benjamín, desde una cosmovisión europea, sobre la política y el estado en nuestro tiempo, alcanzando la organización social, colectiva y cultural, todo esto vinculado con nuestra experiencia y la del mundo».

«Aquí salta siempre la experiencia del sujeto», reseña Rojas, «cuáles son las condiciones del mundo del trabajo. Hoy no es un tiempo político en el que la reflexión sobre la política sindical pueda ser tal. Hay coyunturas, circunstancias y situaciones en las cuales la reflexión política se torna poco reflexiva».

En otro tramo de la nota, le preguntamos a Rojas Cuellar como visualiza el mundo y cuál es la conducta de los trabajadores, y contesta «Hay un mundo de trabajadores que pierde valor y los actores que lo defienden tienen menos importancia. Aún así, en la historia argentina se observa que los trabajadores han sido menos manipulables».

«Hay un movimiento gremial muy escindido políticamente, poco sindicalizado, puesto que hay que tener organización, delegados, programas aprobados en congresos por los representantes de los trabajadores, no en los cuartos intermedios. Es bueno estar constituidos por cuerpos orgánicos. Yo recuerdo haber trabajado 12 años en un sindicato con horarios», y observa que «no hay nadie que pierda el sueño hoy en argentina con el movimiento sindical tal cual está posicionado, salvo raras excepciones» manifestó el investigador del CONIcet.

Refiriéndose al impacto de políticas que contemplan el bienestar de los trabajadores, Rojas Cuellar, relata que «hay un señor en otras latitudes que se enoja porque un país rasca de cuarta dice que es feliz, hay gente que se pone nerviosa aunque tenga poder».

«Es muy complicada la situación general del país, ha habido un tiempo de mucho crecimiento de los factores democráticos y de los sectores populares. Pero se le ha cortado las manos al movimiento sindical. Por eso hay que distinguir entre movimiento sindical y pueblo», destaca Rojas.

Y abunda para la mejor comprensión de su idea que hoy «es más clara la distinción entre movimiento sindical y pueblo. Hubo un tiempo en que decir pueblo, también era inescindible pensarlo como movimiento sindical. Hoy una buena parte de la población sindicalizada sale a protestar», por si misma y «más allá de las estructuras».

Rojas cabecea suavemente, y rememora acontecimientos recientes, con un dejo de preocupación delata:«Hace un mes atrás en capital, salió gente a la calle casi negando toda una historia. Se podría decir que lo hacían casi cuestionando sus orígenes. Casi contradiciendolos por la banderas que llevaban adelante. Eso fué el 18 F».

Hoy, categoriza con vehemencia: «Están en peligro las conquistas de los sectores democráticos y populares. No creo que sea definitivo. Pero hubo en la historia períodos definitivos, los he vivido».

Y seguidamente acota:»Muchas de las conquistas del movimiento sindical de estos últimos 12 años, nadie los puede negar, han tenido un crecimiento notable, negociación colectiva, condiciones de trabajo y salario. Todo esto es innegable. Si bien es una opinión política, con esto quiero decir que en el mundo de hoy, esto está en peligro».

También sorprende, el sociólogo, desde una preocupación legítima cuando esboza:»Tuve la posibilidad de leer en un diario a un joven de 30 años, Iñigo Errejo, español, tiene un análisis político y teórico muy lúcido de la realidad de los últimos años», cuando afirma que hemos «vivido un tiempo en el cual lo que eran conquistas, están dejando de serlas».

Con gesto adusto, luego de comentar su impresión se interroga «si está cambiando el signo de las cosas que ganamos, cosas que eran positivas parece que ya no lo son», y traduce «cambia el signo de las cosas que ganamos, nombro dos, ganancia o política social y mejoramiento de la infraestructura de la sociedad» balbucea consternado.

Pero la angustia lo envuelve y viceralmente asesta: «Esto nadie lo ha dicho, es una generación que sabe que vivirá peor que sus padres, esta es la primera generación que se ha dado cuenta de esto y es consciente».

Consultado por Conclusión, porque se producen reclamos por fuera de las organizaciones sindicales, Rojas Cuellar caracteriza que «tienen mucha conciencia política y se oponen a las estructuras tradicionales. Es muy alto el grado de conciencia. Esto es complicado porque en el fondo todo esto muestra la despolitización, y no confiar en la propia capacidad de modificar las cosas, organizarse, unirse, levantar la voz, exigir, se ve un abandono de esa posibilidad, y por lo tanto como alguien tiene que hacerlo, esto deriva en situaciones que son poco felices».

Abarca estas espontaneidades aludiendo que esta mecánica «ha llevado a la judicialización de la política. Se ha transferido a un señor que no eligió nadie, que decida algunas cuestiones, los jueces. Ninguno de nosotros eligió un juez», arremete.

«En la democracia el pueblo elige sus dirigentes, a un juez no lo vota nadie . Sin embargo el decide por nosotros, se les pide a los jueces que decidan sobre cuestiones muy decisivas para la vida social de una comunidad, eso es despolitización deliberada, de la vida social y por tanto una incapacidad para que podamos actuar en común y tratar de cambiar la sociedad según nuestro propio punto de vista», definió el investigador.

Rojas Cuellar, nos advierte sobre el impacto negativo de los signos de estos últimos tiempos:«Es tanta la despolitización que la gente cree que los economistas deben decidir cuanto debe ser el salario de un trabajador, profesionales que por tales saben poco, más sabe un contador. La tendencia es bien preocupante, las marchas del gobierno condenan la judicialización, por caso la marcha del 18 de febrero denota que se avecinan tiempos en los que no se vivirá bien, despolitizar es transformar la comunidad en un sálvese quien pueda».

 

 

(*) Rojas Cuellar es sociólogo, investigador y especialista de las ciencias sociales y teoría social en ámbitos de la producción, el trabajo y la política. Además, es licenciado en construcción civil egresado de la Universidad Técnica “Federico Santa María” de Chile, y magíster en ciencias sociales por FLACso, Argentina.
Fue vicepresidente de la Central Única de Trabajadores de Chile (CUT) durante los años de gobierno del presidente Salvador Allende. Perseguido y exiliado, vivió en Italia, Alemania y Francia, para recalar luego en Argentina, donde es consultor de Michelle Bachelet.
Actualmente, es asesor del ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación. Fue, también, consultor en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y dirige el espacio especializado en formación e investigación social, económica y política, SEPTesa, de la Universidad Nacional de San Martín.