El kirchnerismo y la oposición medirán fuerzas hoy en las elecciones de Tucumán, en el primer test electoral después de las primarias nacionales y en un escenario cargado de acusaciones de fraude y que tiene como principales candidatos al oficialista Juan Manzur y al radical José Cano.

Las elecciones en Tucumán para elegir gobernador y vicegobernador, legisladores provinciales, intendentes, concejales y comisionados rurales, se iniciaron sin inconvenientes pero con algunos retrasos.

Darío Almaraz, secretario de la Junta Electoral Provincial informó a Télam que si bien “hubo un comienzo normal” de los comicios, las mesas de algunos colegios sufrieron demoras ya que al haber tantas fuerzas políticas hubo algunos fiscales partidarios tardaron en acreditarse para cumplir con sus tareas.

Scioli espera un nuevo impulso en Tucumán

En tanto, el ex ministro de Salud del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, Juan Manzur, aparece como favorito para convertirse hoy en futuro gobernador de la provincia de Tucumán, luego del amplio triunfo del candidato presidencial del Frente para la Victoria (FPV), Daniel Scioli, en las primarias del pasado 9 de agosto.

Manzur le daría un nuevo espaldarazo a Scioli y un nuevo revés a Mauricio Macri si hoy consigue derrotar al candidato radical a gobernador José Cano, que contará con el apoyo de sus correligionarios, del macrismo, los electores de Sergio Massa y los de José Manuel de la Sota.

En la primaria presidencial Scioli obtuvo el 57 por ciento, Cambiemos el 20 por ciento y UNA el 16 por ciento, por lo cual todos todos los votos unidos de la oposición no superan al peronismo provincial, que retendría el gobierno tras la finalización del mandato de José Alperovich.

Si el radical Cano recibiera todos los votos que Macri y Massa obtuvieron en las primarias presidenciales, quedaría igualmente 21 puntos abajo del candidato del FPV, lo cual preanuncia que sólo una catástrofe le arrebatará la provincia a Manzur.

Un triunfo en Tucumán se convertiría en una ratificación no sólo para el peronismo provincial, sino también para las aspiraciones presidenciales de Scioli, que sólo perdió en Mendoza con una amplia alianza de centroderecha; con el peronismo de los Rodriguez Sáa en San Luis; con José Manuel de la Sota en Córdoba y con el PRO en la Ciudad de Buenos Aires.

En Mendoza la oposición unida logró imponer a Alfredo Bermejo, el único gobernador radical electo en el cronograma electoral que se abrió este año con el triunfo del kirchnerista Juan Manuel Urtubey en Salta.

Con una alianza de perfil ideológico distinto, de centroizquierda, el radicalismo también pudo cantar victoria en Santa Fe, donde fue electo gobernador el socialista Miguel Lifschtiz, que derrotó al postulante macrista Miguel del Sel.

Pero en el norte del país, antes de las generales de octubre, la alianza de centroderecha sólo tiene buenas perspectivas de disputar una gobernación en Jujuy, donde se desarrolla una campaña electoral enrarecida por la utilización política del asesinato del joven Ariel Velázquez.

Tras la postulación a gobernador del senador radical Gerardo Morales, la oposición jujeña reúne al PRO, la UCR, al Frente Renovador, el Partido Socialista y el GEN, con la esperanza de derrotar al gobernador kirchnerista Eduardo Fellener, que aspira a su reelección.

Si bien Scioli se impuso en la primaria presidencial jujeña con el 42 por ciento de los votos, Morales finca sus posibilidades en sumar el 27 por ciento obtenido por Sergio Massa y José Manuel de la Sota en la coalición UNA, con el 23 por ciento de Cambiemos. Además, la lista de candidatos a diputados de Cambia Jujuy, que reunió a toda la oposición, obtuvo más del 50 por ciento de los votos.

El oficialismo aspira en cambio a reconquistar algunos de los votos peronistas que migraron al UNA para sumarlos al 42 por ciento que obtuvo Scioli y retener así la gobernación provincial.

Pero este fin de semana, Tucumán parece llamada a convertirse en un nuevo peldaño de ascenso para las aspiraciones de Scioli y en un nuevo tropiezo para Macri, que no consigue salir de los límites porteños en el camino hacia las elecciones generales de octubre.