Agobiado por tanto trabajo y tras el anuncio de las medidas económicas, el presidente Mauricio Macri viajó el jueves a un exclusivo complejo en Córdoba. Desde diciembre, acumula tres semanas de vacaciones en la Cordillera y varias escapadas de fines de semana que acumulan un total de 132 días en todo su mandato.

“Uno tiene que tener un espacio de tranquilidad y reflexión para recuperar energías”, respondió el presidente cuando fue consultado por una radio patagónica sobre sus prolongadas vacaciones que se extendieron desde el 22 de diciembre pasado hasta el 13 de enero en el exclusivo country Cumelén, en Villa la Angostura. Pero no conforme con su respuesta expresó no entender por qué lo criticaban.

Desde que llegó a la presidencia nunca hizo caso a las críticas y siguió adelante con sus planes de descanso. El mismo proceder tuvo durante sus mandatos como jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En su defensa alega que “tiene derecho al descanso como cualquier otro trabajador”, la diferencia es que un trabajador sólo puede tomar como máximo 40 días al año, y sólo si cuenta con varias décadas de antigüedad, un principiante sólo accede a 14 días anuales, según el convenio que rija su actividad.

Pero, el presidente, a pesar de la crisis que azota al país y con el calendario electoral cada vez más cerca, en los últimos cuatro meses tomó 32 días de descanso, entre vacaciones y fines de semana largos. Su destino predilecto es el sur, estruvo dos veces en la cordillera paragónica, en el territorio apropiado por su amigo, el magnate Joe Lewis, otras la residencia presidencial de Chapadmalal y este fin de Semana Santaoptó por un complejo exclusivo en Alta Gracia, en Córdoba.

Junto a Juliana Awada y su pequeña hija Antonia, se refugió en este descanso pascual en Potrerillo de Larreta, otro exclusivo complejo que cuenta con una cancha de golf de 18 hoyos.