El presidente Alberto Fernández mantuvo durante la tarde de este miércoles una videoconferencia con doce gobernadores –entre ellos el santafesino Omar Perotti- para evaluar la situación epidemiológica de cada distrito, antes de definir las nuevas restricciones ante el crecimiento de los contagios de Covid-19.

En el marco del análisis de medidas más fuertes para tratar de contener la suba de casos que ya comenzó a mostrar un mayor número de muertes, participaron de la videoconferencia los gobernadores Omar Perotti (Santa Fe); Raúl Jalil (Catamarca); Jorge Capitanich (Chaco); Gustavo Valdés (Corrientes); Gustavo Bordet (Entre Ríos) y Gildo Insfrán (Formosa).

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También estuvieron Gerardo Morales (Jujuy); Ricardo Quintela (La Rioja); Oscar Herrera Ahuad (Misiones); Gustavo Sáenz (Salta); Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Juan Manzur (Tucumán).

Tras el encuentro, Perotti señaló que “participamos de la videoconferencia en la que cada uno de los gobernadores expuso su situación. En el caso de nuestra provincia, contamos el cuadro difícil que tenemos y las medidas que hemos tomado y obviamente a la espera del decreto nacional, con el que vamos en línea”.

“Coincidimos con el presidente y el resto de los gobernadores, que hay que disminuir la circulación. Es la única alternativa para enfrentar esta segunda ola. Debemos actuar todos en conjunto, a eso nos convocó el Presidente”, concluyó Omar Perotti.

Si bien el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, no participó de este encuentro, la idea de implementar una fase 1 o un cierre más duro durante los fines de semana que evalúa la Ciudad está sobre la mesa del Gobierno nacional y otras jurisdicciones, aunque no hay por el momento ninguna decisión tomada al respecto.

De todos modos, el encuentro entre el Presidente y los 12 gobernadores se da mientras algunos de ellos ya empezaron a tomar medidas más fuertes ante el riesgo de un desborde del sistema sanitario.

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Uno de ellos es Perotti, que prohibió en toda la provincia de Santa Fe la circulación vehicular desde el 20 hasta el 30 de mayo, con la excepción de quienes cumplan con su actividad laboral y causas de fuerza mayor, incluyendo la asistencia a personas.

También definió el cierre de los locales gastronómicos a partir de las 19:00, y la suspensión de actividades deportivas grupales de contacto y de gimnasios y establecimientos afinas, tanto en lugares cerrados como al aire libre.

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El correntino Valdés, otro de los participantes de la videoconferencia, dispuso la suspensión de las clases presenciales entre el 20 y el 30 de mayo, para las zonas en Fase 2.

Además, en esas mismas fechas habrá una restricción de circulación “con toque de queda” para todos los distritos entre las 0:00 y las 7:00, con la excepción de los trabajadores esenciales.

Control más allá del discurso

El Gobierno nacional empezó a reclamar a todos los gobernadores, «sin distinción de color político», que «cumplan su rol» a la hora de hacer respetar las restricciones vigentes ante la pandemia del coronavirus por entender que «el control de las normas está en manos de ellos».

Así lo dejaron trascender desde Casa Rosada, donde precisaron que «todos los gobernadores se tienen que poner las pilas, porque son los que pueden hacer cumplir las restricciones y los cuidados, más allá de la línea que marque el presidente Alberto Fernández. Cada jurisdicción tiene que hacerse cargo de qué hace y qué deja de hacer. La clave está ahí, el control está en manos de ellos».

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En ese sentido, entornistas del despacho presidencial en Balcarce 50 ejemplificaron: «(El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez) Larreta dice sí, hay que tener cuidado y en los bares de la Ciudad hay gente adentro. (El gobernador bonaerense Axel) Kicillof dice cierre extremo y en el Conurbano las ferias están abiertas y llenas de gente«.

Además, explicaron que «más allá de los 35 mil casos de este martes, en el mapa del país no hay una provincia que no esté de 400 o 500 casos para arriba».

Respecto de la posible implementación de políticas más duras, reflexionaron: «Es casi imposible poder hacerlo, no hay consenso social. Para volver a una fase 1 de la cuarentena habría que hacer controles militarizando la Argentina«.

«La idea es que se cumplan las medidas vigentes, pero no están los controles adecuados. Si tenés presencia la gente lo entiende y cumple las medidas, también necesitamos que haya consciencia social», manifestaron.

«La presión es para todos los gobernadores del país. El planteo es ‘muchachos no tienen camas, no tienen esto ni lo otro, ¿Qué esperan para tomar medidas?'», sentenciaron.