Por Fabrizio Turturici

Cuando se habla de Alcira Argumedo resulta complicado encasillarla con alguna expresión política en particular. Es que con su mirada abarcativa, sabe advertir las luces y sombras de determinados procesos, ya sea del macrismo como del kirchnerismo. Así como el viento, no queda claro de dónde viene, pero uno sabe que siempre está.

«Yo vengo del peronismo y de otras expresiones populares latinoamericanas. Pero por sobre todas las cosas, vengo de Rosario y soy hincha de Central, como el Negrito Fontanarrosa y el Che Guevara», dice con una mezcla de humor y orgullo, en diálogo con el diario Conclusión.

Todavía con el ritmo agitado de las sesiones, pero con calma y tiempo para explayarse sobre sus ideas, la diputada nacional de Proyecto Sur advierte: «Veo con ojos de mucha preocupación el modelo económico que se está implementando en Argentina».

A renglón seguido, la socióloga rosarina detalló que «el modelo está basado en un endeudamiento creciente y absolutamente irresponsable, unido a una idea de que la inflación la bajan permitiendo la especulación financiera».

«Son descomunales los intereses que empezaremos a pagar. A su vez, la apertura de las importaciones a través de un dólar barato, afecta a las pequeñas y medianas empresas de todos los rubros. Sólo crece el área de la construcción, que son trabajos precarios», agregó.

La investigadora del Conicet sostiene que «el problema es la desindustrialización, el endeudamiento y la especulación financiera; lo hicieron varias veces en Argentina y siempre terminó en una crisis. Todo indica que vamos galopando hacia un nuevo desastre en menos de dos años, porque quieren apagar el fuego con nafta».

«Los niveles de pobreza e indigencia afectan al mundo entero. El 47 por ciento de la población mundial gana menos de dos dólares al día y son indigentes. Mientras que el 78 por ciento gana menos de 5 dólares diarios, que son pobres. Echar nafta al fuego es justamente lo que quieren hacer con el objetivo de bajar el costo laboral», dijo.

—¿Cuál es el verdadero poder que opera en la Argentina?

—El poder directo de las corporaciones, porque a diferencia de otras etapas, ya no necesitan presionar a los funcionarios para que orienten determinadas políticas, sino que la iniciativa surge de ellos mismos. Por dar un ejemplo, Juan José Aranguren actúa más como presidente de la Shell que como ministro de Energía. Por dar otro ejemplo, en el caso de Julio de Vido se supone que el único corrupto es el funcionario, pero no las empresas proovedoras.

—Si hay corrupto, hay corruptor. ¿Por qué nunca se apunta al empresariado argentino?

—Hasta el momento salieron siempre ilesos, a pesar de ser los principales beneficiarios. Siempre señalo que si hay un paradigma del empresariado enriquecido por la corrupción, la patria contratista, las prebendas estatales y la estatización de la deuda privada, es el grupo Macri, tanto Franco como su hijo Mauricio. Hubo impunidad absoluta para ellos.

—¿El grupo Macri hizo negocios también durante la era kirchnerista?

—Me temo que sí, porque de alguna manera es cierto que Franco Macri fue uno de los principales socios del kirchnerismo, como representantes de los negocios con China. Es decir que también se les permitió una impunidad similar a la que venían teniendo desde la dictadura y el menemismo.

—¿Entonces tanto macristas como kirchneristas representan los mismos intereses, siempre en favor del capitalismo salvaje?

—No los mismos intereses, pero sí se pueden establecer comparaciones y serias críticas, acerca de las ventajas que se le permitieron a determinadas corporaciones, principalmente en el caso del petróleo, la minería, los transgénicos y los bancos. Es que hubo una dinámica por las cuales estos últimos tuvieron los márgenes de ganancias más altos del último período. Esto significa que lamentablemente hubo un beneficio para determinados sectores corporativos y financieros, más allá de otras medidas que se tomaron en beneficio de la sociedad -¡pero ojo!-, amparados siempre por el famoso viento en cola.

—¿Hubo verdadera redistribución de la riqueza en Argentina?

—No, más bien hubo una polarización creciente de la riqueza. Esto se inicia con la dictadura militar, porque hasta 1974 teníamos 90% de población activa en blanco y cubierta por derechos sociales, mientras que el 3 por ciento era desocupada y sólo el 7 de pobreza. Ahora mismo pasamos a números terribles: el 46% de la población activa está en blanco, mientras que el otro 54 está precarizado; pasamos al 9 de desocupación (aún medido de forma engañosa, porque alcanzaría el 20) y un 32 por ciento de pobres. Esto fue acompañado de una polarización de la riqueza, donde los sectores altos incrementaron su capacidad económica y los pobres, profundizaron su situación. Hubo también un deterioro grande de educación y salud que el kirchnerismo no revirtió.

—¿Cómo vislumbra el panorama político tras la victoria del gobierno en las elecciones?

—Por primera vez, los sectores privilegiados de este país han logrado consolidar una fuerza política, con el consenso de otras clases sociales. Mientras que otro sector está en una crisis de representatividad política: un kirchnerismo debilitado, un PJ dividido y una centro-izquierda devastada. De ahí debe surgir una nueva síntesis, alrededor de un proyecto que tenga en cuenta la situación internacional y las posibilidades reales de Argentina en hacer un proyecto sustentable, que nos permita revertir la decadencia de los últimos 40 años, con saqueo incluido. El desfalco argentino está entre los diez mayores del mundo, donde el principal beneficiario es el grupo Macri. Pero Durán Barba ha logrado lavarle la cara a esta gente, al punto de que pareciera ser que la corrupción sólo se dio en la última época. Por eso me llama la atención de que tomen la bandera contra la corrupción, porque es como que la levante Don Corleone.

—Por último, ¿debería estar preocupado el grupo Macri por la detención de Julio De Vido y los nombres que pueda aportarle a la Justicia?

—Hubo empresas cercanas al gobierno, como las de Calcaterra o Caputo, por ejemplo en la obra pública. Pero con la manipulación judicial y de los medios de comunicación van a intentar taparlo: estas son las estrategias diabólicas de Durán Barba, que tienen efectividad en el corto plazo. Habrá que ver si se puede seguir manipulando la opinión pública.