Los despidos que se están llevando adelante en el Hospital Posadas responden a un criterio ideológico que abraza el gobierno nacional. Este año había comenzado con una serie de ellos que para el mes de marzo alcanzaban los 152, una cifra alarmante. En los últimos días, y si bien no es preciso el número, se habrían ejecutado 80 nuevos telegramas de despido, destacando que la gran mayoría de ellos aún no habían llegado a manos de los damnificados.

El Posadas es el centro de salud más grande dependiente del Poder Ejecutivo Nacional, algo que preocupa de sobremanera tomando como referencia la política de ataque a lo público que sostiene impúdicamente el gobierno. En un escenario de permanente ajuste, donde las decisiones son tomadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y aplicadas de manera indirecta por los distintos ministerios, la salida a esta encerrona, parece cada día más estrecha.

Las áreas afectadas por los despidos de este gran Hospital que brinda servicios esenciales para los más vulnerables, son: Cardiología infantil, servicios de imágenes, hemodinamia de adultos, neumonología, ecografía pediátrica, siendo que la única ecografista que quedaba en el centro de salud, fue despedida.

Cabe destacar que para que la ola de despidos avance, tiene que existir un terreno fértil, y este lo ha brindado la enorme precarización laboral a la que estaban expuestos aquellos trabajadores que hoy se encuentran desamparados. Personal médico contratado con muchos años de antigüedad que no ha podido acceder a planta permanente, hoy contempla como sus días se tornan oscuros y con un final anunciado.

Antonio Barrera era enfermero del turno noche, como secretario gremial de CICOP poseía fueros, los mismos no fueron respetados y el 22 de agosto fue despedido. Conclusión pudo acceder a una profunda charla con un trabajador que no baja la guardia pese al duro momento, “hoy manejar un número de despidos en el Posadas es bastante incierto, ya que nos vamos enterando de los mismos de manera constante”, sostuvo.

Un conflicto que lleva más de un año de resistencia, “compañeras y compañeros activistas de distintas corrientes políticas no alineadas a la burocracia sindical de ATE Morón, fueron despedidos en su totalidad. En mi caso particular, el 20 de agosto fue mi última guardia, ya que el 22 cuando fui a cumplir con mi tarea no pude ingresar, nunca me llegó un telegrama pero tenía bloqueado el ingreso. No respetaron mis fueros, ya que soy secretario gremial de CICOP y delegado”, indicó Barrera.

La reducción de personal sigue de manera escabrosa su derrotero, un camino que conduce a  un solo lugar, el vaciamiento del Hospital Posadas. “Tenemos casos de compañeros despedidos que estaban a punto de jubilarse, es decir, lo hicieron intempestivamente. Muchos de ellos no habían iniciado aún el trámite jubilatorio, es decir que debieron transcurrir el tiempo sin percibir un sueldo”.

En la actualidad los telegramas de despidos llegan con el argumento que existen trabajadores que están de sobra, por ende lo hacen a un lado. Los contratos que ostentaban los mismos, son denominados “contratos basura”, que no es otro que el conocido como el 48. “Este contiene una cláusula de recisión a favor de la patronal por lo tanto ellos, toman la número 12  que sostiene que el Estado puedo prescindir de ese trabajador cuando lo desee. Los contratos finalizaban en diciembre, pero decidieron terminarlos mucho tiempo antes”.

La desarticulación de muchas especialidades está en curso, el Posadas es un hospital que cuenta con más de 140 y con una capacidad de más de 500 camas. Entre los despedidos, aparece la figura de un traumatólogo especialista en columna, una de las tantas especialidades que quedaron acéfalas.

“El Posadas cuenta con profesionales de excelencia, muchos de ellos hoy no continúan en sus funciones por decisión de este gobierno ajustador que atenta contra todo lo público. Han sido despedidos neurocirujanos, un otorrinolaringólogo que lleva adelante un tratamiento único en toda la zona oeste, una cardiocirujana que formaba parte del equipo del doctor Christian Kreutzer, debido a esto, el mismo renunció junto a todo su equipo. Es decir, hoy el hospital no cuenta con cirugía cardiovascular pediátrica, con los sensible que esto significa”, relató el trabajador.

Muchos son los niños con un grado de vulnerabilidad notable que han quedado desprotegidos por el Estado.  Lamentablemente muchos de ellos quedarán en el camino, “cuando salimos a luchar por la salud pública no sólo lo hacemos por nuestros puestos de trabajo, sino también por los más vulnerables que van a quedar desamparados”, concluyó.

La meta del Gobierno Nacional empujada por la hoja de ruta del FMI, es consolidar de manera feroz el ajuste en salud. Es por ello que la CUS (Cobertura Universal de Salud) aparece como la próxima estación, una “canasta básica de prestaciones” que no hará otra cosa que mercantilizar aún más el bien más preciado.