El diputado nacional del FpV Héctor Recalde recordó hoy que «el PRO votó en contra o se abstuvo en el 95% de las leyes laborales aprobadas en los últimos doce años», y advirtió a los trabajadores que, si en el balotaje del 22 de noviembre, votan a Mauricio Macri (Cambiemos) «se equivocan de medio a medio».

El presidente de la comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados, enumeró algunas de las leyes que no fueron apoyadas por los legisladores macrisctas y citó «la iniciativa de multar a las empresas que promuevan el trabajo en negro, el aumento de 14 a 21 días de vacaciones, la violencia laboral y el acoso sexual».

«Digan la verdad si tienen convicciones y no las cambien por un voto más», exhortó Recalde a los dirigentes de Cambiemos y recordó las dificultades que tuvo el oficialismo para lograr aprobar en Diputados la ley de movilidad jubilatoria por la que los jubilados reciben aumentos dos veces al año.

También puso como ejemplo la oposición de los legisladores de PRO a leyes que recuperaban como línea de bandera Aerolíneas Argentinas, la estatización de YPF, las críticas a la Asignación Universal por Hijo (AUH) y también el voto contra la formación de una comisión que identifique a los cómplices civiles que apoyaron la dictadura cívico militar.

El número de leyes asciende a 62 si se toman en cuenta reformas puntuales, como una enmienda al protocolo de cooperación del Mercosur o modificaciones de procedimiento de la Justicia del Trabajo, entre otras. En el Senado, a su vez, esperan aprobación proyectos que obtuvieon media sanción de Diputados, como ser el que fortalece la inembargabilidad de las cuentas sueldo o un tercero sobre el cómputo de feriados oficiales para las vacaciones anuales.

Para completar el repaso, la diputados tiene para tratar 72 correcciones a leyes laborales con despacho de comisión.

La suma de todas esas leyes llega a 182, y da claros indicios acerca la profundidad de la transformación operada en estos años. El objeto, es restablecer derechos de los trabajadores que fueron gradualmente escamoteados a lo largo de casi tres décadas. La dictadura cívico-militar, el menemismo y la Alianza –en diferentes planos e intensidades– son los máximos responsables de haberle dado forma a una legalidad que goza de un tinte pro empresa, que avasalló conquistas históricas del movimiento obrero.

Si nos remitimos a esas tres décadas, el denominador común de toda esa larga etapa fue la intervención constante del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, promoviendo la desregulación laboral y la privatización de la seguridad social.