El presidente Alberto Fernández cerró este sábado un acto de homenaje a trabajadores detenidos-desaparecidos durante la última dictadura con críticas a sectores de la oposición y afirmó que «los negacionistas siembran odio y los que tienen memoria siembran amor».

Fernández brindó el discurso de cierre del acto que se llevó a cabo en el Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, en el predio de la ex Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), con la presencia de organismos de derechos humanos y sindicalistas, de cara al aniversario número 45 del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.

El Presidente sostuvo que en esa fecha «empezó la peor tragedia», afirmó que «recordar a los trabajadores que dejaron su vida es muy importante» y agregó: «Olvidar eso es definitivamente un pecado que como sociedad no debemos permitir».

«Muchos quieren que el olvido nos gane y que dejemos de recordar el pasado. El pasado esté presente en nuestras vidas, no para vengarnos, no por ser resentidos, sino porque queremos ser mejores», agregó el mandatario.

Y en una referencia a sectores de la oposición, señaló: «Cada dos por tres en las filas de ellos aparecen los negacionistas y en la filas nuestras aparece la memoria. Los negacionistas lo único que hacen es sembrar odio y los que tenemos memoria sembramos amor, para que nunca más pase lo que pasó».

«Lamentablemente en la Argentina persisten las dos argentinas. Resulta que los republicanos son ellos, pero nos echan a patadas a nosotros. Es rarísimo. Pero no nos han vencido, seguimos creyendo en la democracia, seguimos queriendo ampliar derechos y estamos cada día más convencidos», sostuvo el jefe de Estado.

Luego el Presidente sostuvo que «van a decir que este discurso genera grieta, pero lamentablemente es solo un discurso descriptivo» y seguidamente trasladó esa división al debate en torno a las vacunas contra el Covid-19.

Al respecto, señaló: «Los que estamos aquí, queremos que todos y todas podamos vacunarnos, en las filas de ellos, quieren que compren la vacuna los que tienen plata, y el resto que espere. Pero la enfermedad no espera a nadie, y la vacuna por lo tanto tiene que llegar cuanto antes a todos».

Por otra parte, Fernández sostuvo que los trabajadores desaparecidos a los que se les rindió homenaje «buscaban lo mismo que hoy: mejores derechos, mejores condiciones de vida, mejor acceso a las cosas básicas que un ser humano necesita».

«Que nadie olvide que no fue una guerra, fue terrorismo de Estado», subrayó el mandatario en referencia a la última dictadura y agregó: «El mayor triunfo que tuvimos como sociedad fue ver que la primera condena a un genocida fue tapa de los diarios, hoy la condena está en la página 25, eso quiere decir que ganó la memoria, que para los argentinos condenar a los genocidas es un acto lógico, no es un acto excepcional».

Tras elogiar a las Madres de Plaza de Mayo, a las que calificó como «un modelo de vida», el Presidente destacó que en el Gabinete hay actualmente «cinco hijos» de desaparecidos.

En este sentido, mencionó al secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla; los ministros de Ambiente, Juan Cabandié, y de Interior, Eduardo «Wado» de Pedro; la directora de la Anses, Fernanda Raverta, y la titular del Inadi, Victoria Donda.

«Eso demuestra que la lucha de sus padres no fue en vano, hicieron gente de bien, gente que no odia y que trabaja honestamente en favor de la República», agregó el mandatario mirando a Pietragalla, presente en el acto.

Por su parte, Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, destacó la presencia del Presidente, valoró a «los jóvenes y la militancia política» y, en referencia a la manifestación en Plaza de Mayo que incluyó bolsas mortuorias, agregó: «Ellos van a seguir mostrando odio, como lo que hicieron con esos bolsones, deplorable».

En tanto, el co-secretario general de la CGT Héctor Daer sostuvo que con el golpe de Estado de 1976 «arrancó la idea neoliberal por excelencia de que todos no entran en el mapa» y afirmó que «aún en democracia hubo gobiernos que persiguieron también a dirigentes sindicales, delegados de fábrica y a la militancia sindical».

Además, el dirigente sindical recordó que en 1977 su hermano fue secuestrado y torturado.