El Consejo Nacional del PJ se reunirá el próximo jueves para tratar la designación del próximo presidente de la Auditoría General de la Nación (AGN), en donde se dirimirá si predomina la pretensión de la presidenta Cristina Kirchner de impulsar para ese cargo al actual jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, o el deseo de los gobernadores peronistas.

El encuentro se llevará a cabo a las 18 en la histórica sede de Matheu 130, en el barrio porteño de Balvanera, que así ya comienza a ser un lugar de disputa luego de que el oficialismo perdiera las elecciones a manos del líder del PRO, Mauricio Macri.

Para designar al hombre que sucederá al radical Leandro Despouy al frente de la AGN, máximo órgano de control del Estado, el peronismo tendrá que debatirse entre lo que pretende la mandataria y lo que quieren los gobernadores del PJ, quienes buscarán imponerse en la última semana de Cristina Kirchner en el poder.

El actual titular de la AFIP, Echegaray, es el candidato que llevarán a la reunión de Matheu aquellos leales a la jefa de Estado que se mantendrán a su lado hasta el último día de gestión, como es el caso de los dirigentes de La Cámpora que integran el PJ y del secretario de Legal y Técnica, excandidato a vicepresidente y apoderado del sello, Carlos Zannini.

«Echegaray tiene amplios conocimientos técnicos y de Estado. De hecho, el nuevo Gobierno lo sondeó para quedarse. Pero sobre todas las cosas es una persona incuestionable y de consenso entre todos los sectores», indicaron a NA fuentes de la Casa Rosada.

Aunque tenía mandato hasta 2016, Echegaray decidió cumplir con lo que ya había anticipado y abandonar el cargo a partir de la asunción presidencial de Mauricio Macri, por lo que ya inició contactos con su sucesor designado, Alberto Abad.

«Soy leal al justicialismo y trabajo para gobiernos justicialistas», dijo Echegaray esta semana en una videoconferencia y agregó que los cargos como el que ocupa «son políticos y la visión política en la que se viene trabajando es la de un Estado presente».

En cambio, dispuestos a defender su poder y con cierto enojo por la «falta de apoyo» oficial al expostulante presidencial Daniel Scioli, los mandatarios provinciales llevarán como su candidato al saliente gobernador de Jujuy y presidente del Consejo Nacional partidario, Eduardo Fellner.

De acuerdo al artículo 122 de la Ley 24.156, que regula el funcionamiento de la AGN, el titular del organismo contralor «será designado por resolución conjunta de los presidentes de las Cámaras de Senadores y de Diputados», aunque responde a la oposición, en este caso el PJ.

Tras una reñida interna en las PASO del Frente para la Victoria por la Gobernación bonaerense, el presidente de la Cámara baja, Julián Domínguez, no ocultó su negativa al nombramiento de su otrora rival y actual ministro coordinador Aníbal Fernández como sucesor de Despouy.

«No en mi caso, de ninguna manera», se limitó a contestar, tajante, el oriundo de Chacabuco al ser consultado sobre si impulsaría la propuesta de Cristina Kirchner de entronar a Fernández como titular de la AGN.

Así comenzará la disputa en las filas del PJ que promete ser más que entretenida y brutal para el 2016, cuando se renueve la conducción del Consejo Nacional partidario que, en el Congreso realizado en 2014, fue copado por dirigentes de La Cámpora por decisión de la mandataria.

La designación del reemplazante de Despouy se produce en momentos en que la integración del cuerpo de auditores se encuentra en manos de la Justicia, que esta semana falló en contra del Gobierno e impidió la toma de posesión de los dos nuevos auditores kirchneristas, Julián Álvarez y Juan Ignacio Forlón.

Despouy es un abogado sanluiseño de 68 años y dirigente defensor de los derechos humanos, que asumió como presidente de la AGN a comienzos de 2002 designado por su partido, la UCR, que lo ratificó en 2010 por un segundo mandato de ocho años, tras un tironeo partidario interno.

«Yo permaneceré en el cargo hasta el momento en que el partido de la oposición envíe la designación al Parlamento. Y espero que eso sea en una fecha muy próxima al 10 de diciembre y que en todo caso podamos hacer una transición normal, pacífica, como corresponde», dijo el funcionario nacional esta semana en conferencia de prensa.

Despouy surfeó una fuerte crisis cuando el kirchnerismo quiso sacarlo del cargo en 2010, lo que interpretó como un «golpe de Estado institucional»: ese año el oficialismo bloqueó su mandato por considerar que se encontraba caduco, porque no había existido una presentación de la UCR en el Congreso ratificándolo en el cargo.

El kirchnerismo luego consideró «prueba suficiente» para ratificarlo en el cargo una nota del entonces presidente de la UCR, el santafesino Mario Barletta, quien tras impulsar inicialmente su salida del organismo enfrentó una dura oposición interna que lo obligó a dar marcha atrás y confirmarlo por otro período de ocho años.