El Partido Justicialista dará mañana el puntapié inicial en el proceso de renovación de autoridades con la reunión de su Congreso Nacional, en medio de la amenaza de intervención judicial y con kirchneristas y
peronistas tradicionales conviviendo bajo el mismo techo y debatiendo sobre su futuro en un clima de tensión.

La cumbre está prevista para las 9 el club Obras Sanitarias, con el mandato de definir los integrantes de la junta electoral que tendrá en sus manos la organización de las elecciones que consagrarán el 8 de mayo a un nuevo presidente, además de la reforma de la carta orgánica para que de ahora en más la elección se realice de manera indirecta, a través del Congreso.

El PJ, se propone evitar la compulsa interna, aunque que la presentación de listas es recién el 8 de abril y no se esperan hasta entonces definiciones.

El otro escenario posible, que nadie se anima a descartar, es el de una intervención judicial del partido, alternativa que analiza en estas horas la jueza federal electoral, María Romilda Servini de Cubría: esta salida evitaría las pujas internas por los lugares en la mesa de conducción del PJ.

Por fuera del terreno de las hipótesis, el Congreso será una caja de resonancia de las enormes diferencias entre las distintas corrientes acerca de cómo encarar la etapa como oposición al macrismo y, en ese contexto, son de esperar discursos encendidos en clave de catarsis por parte de los oradores.

De hecho, con alrededor de 900 invitados, en Obras Sanitarias se verán las caras los dirigentes de La Cámpora, de movimientos sociales, gobernadores, legisladores nacionales y provinciales, e intendentes, incluso varios rebeldes al liderazgo de la expresidenta Cristina Kirchner, como los integrantes del nuevo bloque de diputados Justicialista liderado por Diego Bossio.

A diferencia del puntano Adolfo Rodríguez Saá, que enviará representantes, el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, disparó munición gruesa contra el proceso de normalización del PJ y sostuvo que no están dadas las condiciones para que sus congresistas asistan: de hecho, el cordobés apuesta a consolidar la coalición UNA, conformado por la alianza entre el Frente Renovador de Sergio Massa y Unión
por Córdoba.

A grandes rasgos, hay tres posiciones en juego: la línea dura que jura lealtad a Cristina Kirchner, que exige un peronismo combativo e instransigente ante el Gobierno de Mauricio Macri; otro grupo que proclama la idea de erigir una «oposición responsable» y de perfil conciliador, que garantice «gobernabilidad» y que aporte quórum en cada una de las discusiones parlamentarias; y por último un tercer grupo que se ubica en una posición intermedia, tratando de hacer equilibrio y de acercar posiciones.

Al participar de un acto partidario en La Matanza, el diputado nacional Carlos Kunkel recordó que precisamente este miércoles «se cumplen 70 años del primer triunfo electoral del peronismo» y siguió con una advertencia: «Es a este peronismo al que están tratando de dividir y de fraccionar. Ahora podemos tener diferencias en nuestras posiciones, pero nadie que abrace la causa del peronismo va a poder apoyar iniciativas que golpeen al pueblo trabajador como este brutal aumento indiscriminado de tarifas».

Por su parte, el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, destacó que este miércoles «es un día importante para el PJ, para el objetivo que tenemos los peronistas de construir la unidad».

«Pero lo de mañana no tiene sentido si no entendemos que es para avanzar en iniciativas como ésta que estamos iniciando hoy para defender a los trabajadores, para cuidar y defender los derechos alcanzados con tanto esfuerzo», enfatizó.