El estado de debate interno por el que transita el Partido Justicialista tras la derrota electoral de noviembre pasado se refleja en la atomización de referentes de esa fuerza en la Cámara de Diputados nacional, donde lo hace a través de 16 bancadas diferentes.

Los alejamientos registrados en lo que va del año en el otrora bloque kirchnerista del Frente para la Victoria-PJ (FpV-PJ) marcan la mayor dinámica en el reacomodamiento de los diputados peronistas.

El escenario se presenta en movimiento constante, máxime teniendo en cuenta que el espacio no tiene un líder definido y que aun resta un mes y medio para las elecciones internas que podrían ayudar a aplacar el clima de incertidumbre, fijadas para el 8 de mayo.

Si bien son mediáticamente más conocidos los bloques FPV-PJ; el Frente Renovador; el delasotismo; el nuevo ‘Justicialista de Diego Bossio y el Social Cristiano que preside Darío Giustozzi, existen otros 10 de extracción peronista en la Cámara baja.

El Frente para la Victoria-PJ, que empezó el período legislativo con 96 diputados y que hoy cuenta con 79, fue el germen de varios de ellos; fundamentalmente del ‘Justicialista’ que se nutrió de 14 de sus integrantes, para formar una bancada de 17 miembros.

El frente UNA también tuvo su cisma a poco de andar la actividad legislativa de este año. Hace pocos días los seis diputados referenciados en el ex gobernador cordobés José De la Sota y en su sucesor Juan Schiaretti, optaron por escindirse de la bancada que lideraba, por cantidad de miembros, el Frente Renovador.

Así, el bloque que responde a Sergio Massa pasó a tener 23 diputados, lo que le alcanza para ser la segunda variante peronista por cantidad de diputados, más allá de que algunos de sus integrantes no son de esa extracción.

Para diferenciarse, en cuanto a nombres, no fueron muy originales: el massismo denomina a su bloque ‘Federal Unidos por una Nueva Argentina’, mientras que el delasotismo lo repite pero sin la palabra Federal.

Con los reacomodamientos de las últimas semanas, el bloque Social Cristiano, que preside Giustozzi, llegó a los cuatro integrantes, objetivo alcanzado a partir de la jura concretada el martes del ex integrante del antimenemista ‘Grupo de los ocho’ y ex cavallista, Franco Caviglia.

El Frente Cívico de Santiago del Estero, que reúne desde hace años a peronistas y radicales de esa provincia, se presenta en la Cámara baja con 6 integrantes, que hasta el 10 de diciembre fueron aliados incondicionales del kirchnerismo y hoy se muestran cercanos al macrismo.

El justicialismo puntano, liderado por los hermanos Rodríguez Saá, también vivió en los últimos días un quiebre. De sus cuatro integrantes originales quedaron tres, ya que el ex gobernador Claudio Poggi pegó el portazo y armó un monobloque al que llamó ‘Avanzar San Luis’.

Otros diputados que ya venían actuando por separado del FPV-PJ antes de diciembre y que reafirmaron esa estrategia son los dos del espacio del gobernador de Chubut, Mario Das Neves.

Se trata de Inés Lagoria y Sixto Bermejo, que actúan bajo el nombre de ‘Trabajo y Dignidad’.

El resto, es decir los otros ocho, son monobloques, incluido el del mencionado Poggi.

Se presentan en este formato cuatro diputados de origen sindical: el canillita Omar Plaini (Cultura, Educación y Trabajo); el metalúrgico Oscar Martínez (Movimiento Solidario Popular) y los camioneros Jorge Taboada (Chubut Somos Todos) y Enrique Castro Molina (Compromiso con San Juan).

Los otros tres monobloques peronistas son el de la aliada massista Cristina Cremer de Busti (Unión por Entre Ríos); y la de los recientemente alejados del FPV-PJ, José Orellana (Primero Tucumán) y Ramón Bernabey (Brigadier General Juan Bautista Bustos).

Esto sin contar a los diputados de origen justicialista que forman parte del interbloque Cambiemos: la catamarqueña del Frente Cívico Myriam Juárez, y los hoy macristas Emilio Monzó, Eduardo Amadeo y Ricardo Spinozzi.

La proliferación de monobloques o de bloques de pequeña cantidad de integrantes se justifica, fundamentalmente, en la potencialidad que alcanzan esos diputados a la hora de consensuar leyes por fuera de las mega estructuras de las bancadas numerosas, donde muchas veces se sienten contemplados solo como ‘un número más’.

Los 16 bloques mencionados constituyen casi la mitad de los 34 que componen la Cámara baja; en tanto que si se consideran como interbloques, los de sello peronista suman nueve de los 17 en que se divide la Cámara.

En este escenario, el massismo se presenta con el delasotismo, con el dasnevismo, con Taboada, con Castro Molina y con Busti; en tanto que el FpV-PJ suma a Martínez, y el Social Cristiano a Orellana.