Por Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires

La reunión convocada para este martes en el Senado, con el objeto de que se trate en el plenario de comisiones de Trabajo, Previsión Social y de Presupuesto y Hacienda, el proyecto de ley de blanqueo laboral fracasó, por la ausencia de los secretarios de la CGT, Carlos Acuña y Hector Daer.

La iniciativa fue dada a conocer con bombos y platillos, la semana pasada. Se había difundido que se trataba de una ley que había sido consensuada entre el ministerio de la Producción, que administra Dante Sica y los lideres de la central de calle Azopardo. Sin embargo, momentos previos a la reunión ya existía cierto nerviosismo en algunos legisladores ante la demora de los popes sindicales.

En diálogo con Conclusión, el presidente de la Comisión de Trabajo, el pampeano Daniel Loverera y el chubutense Alfredo Luenzo ambos del bloque Justicialista, se mostraron reacios antes de la reunión, a darle curso a la iniciativa del oficialismo que fue presentada formalmente por el senador de San Juan, Roberto Basualdo, si los gremialistas no daban su conformidad ante los presentes.

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Lovera señaló a este medio, previo al debate del proyecto, que “esta ley quita derechos a los trabajadores así como está” y por su lado el legislador Luenzo advirtió que no le gusta «cómo está el proyecto».

El faltazo de los líderes cegetistas motivó que la Alianza Cambiemos dispusiera que el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, que se encontraba en el edificio del Palacio Legislativo no asista a exponer la postura del Gobierno ante los legisladores.

El titular de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), Gerardo Díaz Beltrán, había pedido antes del encuentro el «compromiso» de todos los sectores políticos para debatir la iniciativa oficialista.

El empresario participó en el Salón Atrio al comienzo de la reunión y manifestó su apoyo al proyecto de blanqueo laboral. «La iniciativa resume los constantes planteos de nuestra entidad y cumple con los convenios de la Organización Internacional del Trabajo para que haya un diálogo tripartito entre empleadores, gremios y gobierno», dijo el dirigente empresario.

Para la entidad pyme, el proyecto de ley presentado por Basualdo puede representar «un alivio ante la litigiosidad laboral y un descuento del 33% en aportes y contribuciones, algo que permitirá bajar el costo argentino para poder ser competitivos», estimó.

Al termino de la reunión los senadores, se retiraron con la idea que el martes próximo se volverá a tratar el tema en un plenario de comisiones. Sin embargo, no quedó claro el desasosiego por un lado y la tranquilidad por el otro, de algunos parlamentarios del mismo bloque.

La moderación que caracteriza al cordobés Carlos Caserio se hizo evidente al dialogar con Conclusión y expresar su punto de vista sobre lo ocurrido este martes por la tarde en la Cámara alta.

 

Por su lado, el chubutense Luenzo consideró que el tema debe ser discutido en profundidad, y que si bien esta herramienta puede ser un paliativo circunstancial para las pymes, en realidad «se trata de las consecuencias de la política oficial que trasciende una ley». «El problema con las pymes y los trabajadores depende de las políticas económicas», sostuvo el congresista,

Si bien parecía que todo estaba listo para la firma del dictamen este martes sobre el proyecto de blanqueo laboral, esto no ocurrió y fue evidente que mayoritariamente el peronismo se mostró refractario a votar una ley que los gremios parecen no apoyar.

Así las cosas, el proyecto de reforma laboral que había impulsado y enviado el Ejecutivo en abril de 2018 nunca prosperó en el Congreso por falta de acuerdo con la CGT. Y al igual que lo sucedido el año pasado, gran parte del articulado de la norma resultó impasable para los legisladores peronistas que no estaban dispuestos a firmar dictamen sin acuerdo de la dirigencia sindical.