El Vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, dejó un tendal de definiciones económicas y políticas que revelan la verdadera mirada del Gobierno de Mauricio Macri respecto del futuro del país y de lo ya andado en casi tres años de gestión. Previsiblemente, ninguna de ellas estuvo exenta de polémicas, y pueden traer tormentas en el frente político.

Quintana, ex CEO de Farmacity y hombre del mundo de las finanzas, se reunió con “lobos” de Wall Street, de acuerdo a una nota firmada por Marcelo Bonelli en Clarín. A los empresarios no les mintió: les habló de la baja del salario real como una buena noticia, dijo que el Peronismo Federal no tiene votos y que las chances de Cambiemos para 2019 dependen de que Cristina siga viva electoralmente.

“Hay mejoras en el frente fiscal que no se pueden anunciar porque nos perjudicaría en lo político, como por ejemplo la caída del salario real”, le dijo Quintana al auditorio de banqueros que lo escuchaban con atención y llenos de dudas. Se trata de lo que en Cambiemos se enunció como búsqueda de “competitividad” y que no necesita de eufemismos frente al público indicado.

El salario mínimo en la Argentina está, actualmente, en los niveles de 2007, medido en dólares. Son aproximadamente 330 dólares, contra los 607 en agosto de 2015. El retroceso es de 277 dólares en el lapso de tres años, como consecuencia de los techos paritarios y la devaluación del peso frente a la moneda estadounidense.

En el plano político, Quintana habló de las chances del Gobierno para 2019: dijo que “los cuatro candidatos mejor posicionados son todos de Cambiemos: Macri, Vidal, Larreta y Carrió” y que “eso asegura el triunfo”; que los cuadernos de la corrupción “garantizan” que Cristina “no puede ganar un balotaje” y que “el peronismo racional –que encarnan el Frente Renovador, el Peronismo Federal, entre otros- no existe electoralmente”.

Gustavo Cañonero, vicepresidente del Banco Central, que acompañó en la comitiva a Quintana, no se quedó atrás a la hora de dar definiciones. Dijo, entre otras cosas, que prevé un rojo fiscal de 7.500 millones para 2019 y que probablemente haya que recurrir a ampliar o acelerar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para cubrirlo.