El diputado nacional Eduardo Valdés se refirió al debate en torno a los planes sociales y destacó la iniciativa de un Salario Básico Universal: «El 98% de la gente que recibe un plan, trabaja. Quizás lleva adelante los trabajos que no quieren hacer otros. Está mal planteado llamarlo trabajo no genuino. Me gusta la iniciativa del Salario Básico Universal, como me gusta todo lo que suba el piso de dignidad de la población».

A través de la señal Diputados TV, Valdés trazó un recorrido histórico de los movimientos sociales: «La emergencia social de la Argentina, y la crisis de 2001, calaron muy profundo. Los cirujas, en la ciudad en ese entonces pasaron cinco mil a 125 mil. Eran quienes hurgaban en la basura».

Cartoneros Organizados

En la misma línea, expresó que «en ese momento emerge la necesidad de que se organicen, y presentamos la ley para que la policía dejara de reprimir a quienes buscaban en la basura material para recuperar y reciclar. Hay cooperativas que lograron atacar problemas como el paco en lugares donde el Estado no llega».

Respecto de las nuevas relaciones laborales, el legislador manifestó que «el hecho de que exista la computación y la cibernética, cuando antes se necesitaba una cantidad de personas para armar un auto, hoy se requeire el 10 por ciento, y que hacemos con es población que crece. En esa reorientación es donde esta el desafio y el eje de los paises de cara a ese futuro».

Valdés, dio varios ejemplos de la perdida de empleo, y planteó que hay que preguntarse «que hacemos con esos trabajadores, y no hay que preguntarse por cuestiones salariales sino sobre la dignidad humana, estos son los debates que vienen».

Juan Grabois

El parlamentario sostuvo además que «la mano va por el lado del salario universal, el salario único universal es una solución para encontrar una respuesta equitativa e igualitaria para que nadie tenga que depender de un tercero».

«La emergencia social de Argentina sobre todo en la crisis de 2001, hubo un censo en 2002 que estableció que 122 mil familias iban a urgar en los residuos para poder sobrevivir. Muchos de ellos habían sido obreros de la construcción, gastronómicos y textiles, en ese momento emerge la necesidad de que se organicen porque de a uno le compraban por dos pesos lo que recolectaban durante 12 horas».

«En esta realidad surgen los movimiento sociales», indicó el exembajador argentino en el Vaticano, y recordó que por aquella época, «Juan Grabois estudiaba en la Facultad de Derecho, tenía 18 años y buscaba la forma de ayudar organizandolos en cooperativas».