Este martes, concejales de la ciudad sesionaron desde la isla “El Espinillo” -ubicada frente a Rosario- para discutir medidas ante los sucesivos focos de incendios que se producen en el delta del Paraná desde que comenzó el año, causando un inconmensurable daño ecológico.

En este marco, trabajadores de la Escuela Primaria Nº 1.139 “Marcos Sastre”, que funciona en la isla, y referentes ecologistas de Rosario analizaron el impacto que los focos de incendio tienen sobre la población de esta región y sobre su flora y fauna.

Mario, el portero del establecimiento educativo, vivió toda su vida en las islas y aseguró que nunca vio tal magnitud de incendios, ya que sostuvo que en esta oportunidad los focos se ubicaron en varias partes del delta del Paraná.

El trabajador, que se desempeña desde hace doce años en la escuela, expresó también su preocupación por el impacto que esto tiene en la naturaleza, en la salud de la población y en los animales que habitan el humedal.

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“En la zona de la escuela no hubo incendios, pero a 15 o 20 kilómetros sí. La gente que vive en la isla se siente perjudicada”, contó Mario a Conclusión, al tiempo que señaló que en las últimas semanas vio cómo diferentes especies de roedores escapaban del fuego.

Por su parte, Fabiana Rodríguez, quien es maestra en esta escuela, expresó su preocupación por la situación y señaló que aparte de los incendios, las familias que residen en la isla se ven afectadas por la sequía y por la bajante del río Paraná, la cual “perdura en el tiempo, mucho más que en otras oportunidades”.

 

Al respecto, la docente señaló que estos factores afectan a los habitantes del lugar, quienes subsisten de la pesca. “Las quemas también hicieron que se sequen las lagunas interiores donde también pescaban. A esto se le suma que tampoco pueden desovar los peces para que se reproduzcan, así que esto los perjudica”, explicó.

Rodríguez comenzó a trabajar en la escuela en marzo y, si bien por la suspensión de las clases que trajo consigo la pandemia no puedo encontrarse con sus alumnos a diario, destacó que en el poco tiempo que compartió con ellos, los niños le enseñaron “otra forma de vida”.

“Hay mucho por hacer y tengo mucho por aprender de los chicos”, manifestó y detalló que, ante la llegada de los concejales, les elevó el pedido de algunas cuestiones que la escuela y las familias necesitan como por ejemplo paneles solares para garantizar el suministro de energía, agua potable, un adecuado tratamiento de residuos y la creación de un centro de salud con especialistas.

Finalmente, el referente de la organización ambientalista Mundo Aparte, Franco Peruggino, evaluó ante Conclusión la situación de la flora y la fauna del humedal tras los incendios.

 

“A la situación la estamos viviendo con una angustia inconmensurable por la cantidad de vidas que se están perdiendo en cada nuevo foco de incendio. Es incalculable la cantidad de animales que perecieron en los últimos meses y lo que va a tardar la naturaleza en recuperar otra vez sus niveles de población”, señaló.

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Y agregó: “En lo que respecta a la flora, se perdió la totalidad en los lugares por donde pasó el fuego. Los pastizales y algunas especies de árboles se van a recuperar más rápido, pero a la parte de la fauna le va a costar mucho más, le va a llevar mucho tiempo”.

“Pensemos que estamos en pleno invierno, los reptiles no tuvieron ni una sola posibilidad de escapar, estaban invernando. Yacarés, serpientes y tortugas, todos quedaron bajo el fuego. Algunos mamíferos habrán escapado por el agua, pero los que no nadan o son más lentos también se quemaron vivos y de las aves que tal vez pudieron escapar, muchas están heridas y han dejado atrás a sus pichones y a sus nidos”, analizó Peruggino.

“Llegamos tarde, porque esto no es nuevo, hace más de diez años que hay focos de incendio. Una de las soluciones sería sancionar una Ley de Humedales a nivel nacional, pero con esto solo no alcanza. Tiene que ser una ley que contemple la realidad de estos ecosistemas, que busque que las actividades productivas se adapten a las características ecológicas de los territorios donde pretenden desarrollarse y no al revés”, concluyó