La empresa YPF bajó el precio de los combustibles a partir de esta madrugada en un 1,2% en promedio, que se suma a la reducción de entre el 1 y el 1,5% en el valor de las naftas que comenzó a regir a partir del 3 de diciembre pasado.

La baja alcanza hasta el 3,2% en distintas regiones del país y surge de un monitoreo que la empresa viene realizando en torno a las variables que impactan en el precio final de las naftas y del gasoil, como son los precios internacionales de los combustibles, el valor de los biocombustibles y el tipo de cambio.

De esta forma, el litro de nafta súper de YPF en la ciudad de Buenos Aires pasó de costar $37,21 (en diciembre había bajado un 1%) a salir $36,99 (lo que supone una reducción del 0,59%), mientras que el litro de Infinia (la marca premium de la empresa) bajó de $43,35 (en diciembre había bajado un 1,5%) a $42,89 (lo que implica un recorte del 1,06%).

En YPF destacaron que la rebaja absorbe la suba de los impuestos directos y el ajuste en los precios de los biocombustibles registrados en el último mes.

El último aumento de los impuestos al dióxido de carbono (IDC) e impuesto sobre los combustibles líquidos (ICL) fue del 14,1%.

Asimismo, durante los dos últimos meses se dieron ajustes en los precios de los biocombustibles, cuyos efectos hubieran implicado una suba de hasta el 4,3% en el precio de los combustibles.

Por otra parte el gasoil Diesel 500 -que en diciembre había pasado de $33,76 a $34,84- quedó en $34,59 (un 0,71% menos) y el Infinia Diesel -en el último mes del año había saltado de $39,67 a $40,86- en $40,49 (un recorte del 0,90%).

Una decisión clave de la Corte Suprema de Estados Unidos

La Corte Suprema de los Estados Unidos dará a conocer hoy su decisión por una demanda abierta por un fondo buitre contra la expropiación de YPF, que puede costarle al país 3.000 millones de dólares.

Según trascendió, existen tres resoluciones posibles: la Corte puede aceptar la apelación del gobierno argentino, rechazarla o pedir opinión al Departamento de Estado norteamericano.

Las autoridades argentinas apuestan a esta última opción, a partir de la buena relación entre el presidente Mauricio Macri y su par estadounidense, Donald Trump.

La intención oficial es que el demandante, el fondo Burford Capital, deba recurrir a los tribunales argentinos.

Pero sobre esa posibilidad no existe un buen precedente: la Argentina tuvo ya dos fallos negativos en los últimos años, uno en primera instancia de la jueza federal de Manhattan Loretta Preska y otro de segunda instancia de la Corte del Distrito Sur de Nueva York.

Si la Corte Suprema de los Estados Unidos rechaza la argumentación argentina, el caso volverá a primera instancia.

El tribunal de Preska deberá abrir un juicio y esta posibilidad abriría además lo que se conoce en la justicia norteamericana como un «discovery process», que obligaría indagar cómo fue el camino financiero que recorrió la YPF privada desde la era Repsol hasta la llegada del Grupo Petersen, la expropiación y el «buitre» que inició la demanda.

El argumento de los demandantes es que la estatización de YPF violó las leyes de oferta pública en los Estados Unidos. La Argentina, en cambio, dice que fue una decisión soberana.