Este martes el Banco Central de la República Argentina (BCRA) volvió a intervenir en el mercado cambiario para contener la demanda de divisas -en este caso en el mercado Rofex, de futuros- con lo que las arcas en moneda extranjera quedaron ahora en su nivel más bajo desde inicios de 2017 (y un neto real que se aproxima a los 10 millones de dólares [US$]).

Las reservas internacionales del Banco Central cayeron en la jornada US$ 66 millones y perforaron de ese modo el piso de los US$ 43.000 millones.

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La autoridad monetaria dio a conocer que este martes se ubicaron en US$ 42.981 millones.

En el inicio de semana, las reservas se habían posicionado en US$ 43.047 millones, por lo que en un día percibieron una merma de US$ 66 millones, de acuerdo con los datos oficiales.

A lo largo del mes, mostraron una disminución que supera los US$ 580 millones en medio de la presión cambiaria por la crisis del coronavirus y la incertidumbre respecto de la deuda argentina, lo que evidencia aún más la fragilidad del caso argentino en su urgencia por evitar el default.

En ese escenario, una vez más el Banco Central optó por intervenir en el mercado para controlar los movimientos del dólar y moderar el incremento, que en la región fue superior.

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Miguel Ángel Pesce, presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA).

Este martes, se registró una fuerte presencia oficial en el mercado de futuros ante el crecimiento de las expectativas de devaluación.

Ese nivel de reservas no era registrado desde enero de 2017, cuando las arcas del organismo oscilaban entre US$ 39.000 y US$ 40.000 millones.

La cotización de la divisa irrumpió inevitabemente en la escena política y presiones varias llevan al gobierno a ajustar y revisar sobre la marcha, con necesidades de todo tipo que incluso llegaron a poner en el blanco a Miguel Pesce, el presidente de la autoridad monetaria del país y que controla la «caja» de dólares.

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Como con la intensificación en los controles para aquellas firmas de gran porte que accedan al Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), con el objetivo de impedir que ese dinero termine en distribución de dividendos (giros en dólares), o en distintos mercados de divisas de los que queden disponibles (MEP, CCL, etc.).

En el mismo sentido, no son pocos los que miran al sector al que naturalmente se mira en Argentina cuando se precisan dólares: el «campo», que representa más de un tercio de las exportaciones argentinas.

Las exportaciones del sector agroindustrial permitieron el ingreso de divisas por más de US$ 1.500 millones durante abril, según resaltaron esta semana desde la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).

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Si bien las exportaciones crecieron 43,2% con relación a marzo y en el primer cuatrimestre ya se liquidaron US$ 5.017 millones, el acumulado del primer cuatrimestre del año fue 17,8 % inferior al del mismo período de 2019, con una economía que ya entonces llevaba casi un año de recesión, con la reimposición de retenciones incluidas (solicitada por el FMI).

Entre las razones que explican esa merma, desde las mencionadas entidades señalan que se debió «en parte por el aislamiento obligatorio en el marco de la pandemia de coronavirus».

También -arguyeron- impactó la venta anticipada de granos por parte de los productores a fines del año pasado y las dificultades y demoras para la circulación del transporte de granos y abastecimiento que afectó a las terminales y plantas procesadoras.

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«Sobre la actividad también influyó en forma negativa la histórica bajante del río Paraná, que dificulta el tránsito y la carga de buques en la zona del Gran Rosario, en la provincia de Santa Fe, así como la inestabilidad financiera y comercial internacional debido al Covid-19», resaltaron en el comunicado desde el CEC y Ciara.