En plena cuarentena, uno de los hermanos Banchero, dueños de la pyme metalúrgica Taglio Metal, al ingresar al supermercado se dio cuenta que quien entregaba el alcohol en gel era un empleado, el cual se veía expuesto al contagio, y vislumbró una idea: crear un dispenser sanitizante electrónico y lo más importante en tiempos de pandemia: no requiere contacto.

Y es así como la empresa familiar, que realizaba algunos trabajos para firmas de la construcción, luego de evaluar las posibilidades, decidió avanzar en este nuevo proyecto, el cual una vez que salió a la venta obtuvo repercusiones más que alentadoras.

La profunda recesión de los últimos años, sumada a la paralización casi total de la actividad derivada de la cuarentena lleva a muchas empresas, entre la desesperación y la necesidad, a intentar reconvertirse o buscar alguna ventana comercial que les permita paliar la crisis.

Con la fábrica cerrada durante la cuarentena, en Taglio buscaron «una salida» para dejar de estar «tan parados», dijo Lautaro Banchero a Conclusión, y contó: «Todo esto fue en un día de cuarentena, por lo que comenzamos a armarla desde nuestra casa. Yo con la máquina trabajando en el diseño, mi hermano y mi viejo desde el sistema ya que son técnicos electrónicos».

Respecto al nicho que abarcaba la Pyme, el joven fabricante detalló que se trata de «una empresa de servicio, es decir, corte de chapas a medida a cualquier persona que lo requiriera, ya sea construcción o lo que fuere».

«Con esta maquina se puede hacer de todo, trabajamos mucho con el agro en algún momento, pero no nos fue muy bien. Así que estamos más en construcción, algunos clientes grandes que fabrican muebles. Lo seguimos haciendo, pero en menor medida», relató.

«El dispenser surge porque mi hermano un día va al súper y había una persona que te esparcía alcohol en las manos, entonces pensamos como no había una maquina que lo hiciera», recordó Banchero. Y agregó: «Lo probamos hasta que salió. Pero fue muy rápido. En una semana pasamos del primer prototipo a tener la maquina mucha más armada, estéticamente mucho más lindo, más robusto y que funcionaba óptimo».

Sobre las repercusiones que tuvo la creación del dispenser y el ofrecimiento del mismo, uno de los dueños de Taglio Metal, admitió que tuvo «bastante repercusión en su salida al mercado, ya que había algunas máquinas similares, pero nada automático». «Pusimos todo el ímpetu en la parte automática, cosa que una vez se tenga que llenar la maquina y nadie más la toque, entonces queda el equipo también sanitizado. Desde el primer día comenzamos a tener ventas».

No ha sido una época de gloria de las pymes, por lo que el fabricante enfatizó que «ser una Pyme es constantemente buscar donde vas a estar mas cómodo o en qué parte del mercado te reciben mejor. Ya sea en lo que vos tengas para ofrecer, pero también cómo te trata el mercado, porque a veces tenes mucho para ofrecer pero el mercado es un poco hostil. Igualmente veníamos acostumbrados a la búsqueda, pero la verdad nunca nos terminábamos de acomodar, siempre llegamos a fin de mes con lo justo».

Con respecto al futuro del proyecto, Banchero concluyó: «Estamos muy optimistas con este proyecto, pero no tenemos idea que va a pasar porque el panorama es bastante extraño. Pero por las consultas que tenemos desde que salió a la venta el equipo nos pone optimista. Antes nos llamaban una vez por semana, hoy en día no damos a basto para atender el teléfono».