Las lluvias del último fin de semana dieron la posibilidad a los productores de la zona núcleo de comenzar a sembrar soja y en algunos casos maíz al contar con humedad superficial en los lotes y dar así impulso a una retrasada campaña de granos gruesos.

«Lo que estamos sembrando ahora es una promesa, algo que vamos a ver si anda. Esperemos que La Niña (fenómeno climático que afecta a la Argentina y la región en los últimos tres años y que se traduce en lluvias por debajo del promedio) se termine y pueda venir una revancha, con una expectativa mayor», dijo Edmundo Nolan, un productor de Venado Tuerto, en el sur de Santa Fe.

Sobre diferentes puntos de la región agrícola comprendida entre el norte de la provincia de Buenos Aires, centro sur de Santa Fe y sudeste de Córdoba, las imágenes de sembradoras implantando soja sobre el trigo escuálido que se encuentra todavía en pie es una constante.

Estos trabajos prácticamente se hacen contrarreloj, ya que las lluvias que recibieron los campos de esta región y que dejaron un manto de humedad superficial bastante heterogéneo, debe ser aprovechada con urgencia para poder sembrar soja y, en menor medida, maíz.

Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en la zona núcleo se sembró un 47% de soja de primera, lo que equivale a 1,9 millones de hectáreas, sobre un total proyectado de 4,1 millones.

Este porcentaje constituye un fuerte retraso en las labores respecto a igual período del año pasado, cuando el nivel de siembra para esta época superaba el 80% de la superficie proyectada.

La buena nueva fueron las lluvias del fin de semana pasado, con más de 100 milímetros en algunas zonas, lo que dotaron de humedad al suelo y permitieron que los trabajos retomen con fuerza e impulsen la siembra.