El aumento de la desigualdad entre trabajadores representa una de las “graves consecuencias” de la pandemia, por lo que el Gobierno deberá incentivar un incremento en los porcentajes de registración, en un contexto en el que además la informalidad limita a la recuperación del consumo, según un informe realizado por Analytica Consultora.

“Los formales gozan desde 2020 del beneficio de la prohibición de los despidos y de negociaciones paritarias semestrales. Como resultado, sufrieron una relativamente baja pérdida de puestos de trabajo y en 2021, por primera vez en tres años, su salario real dejó de caer”, sostuvo la consultora.

A su vez, comparó: “Más de un tercio de la fuerza laboral no accede a ese paraguas protector de las regulaciones por no estar registrado y allí la situación sigue empeorando”.

“En los primeros seis meses del año los salarios informales cayeron 9,2% en términos reales”, advirtió el informe, y apuntó: “Una suerte de ‘grieta’, un mercado dual, se abre cada vez más en el mundo del trabajo argentino”.

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Por otro lado, durante el 2020 el sector informal sufrió una pérdida de 1.400.000 puestos de trabajo. Para suplir esta baja y reestablecer el nivel de empleo prepandémico, era necesario recuperar 365.000 puestos laborales durante el segundo semestre de 2021, de los cuales más de la mitad pertenecían al sector no registrado.

Sin embargo, los datos de junio mostraron que el empleo en el segundo trimestre registró una contracción del 1,6% en relación al período comprendido entre enero, febrero y marzo, por lo cual se estima que el nivel continúa por debajo del nivel prepandémico.

Cabe señalar que la construcción y servicios sociales, que son los que mayor dinámica laboral presentan, mostraron contracciones mayores al 10% entre abril, mayo y junio de 2021. Por el contrario, los trabajadores registrados del sector privado mantuvieron el empleo constante en relación al primer trimestre del año.

La informalidad y un golpe al consumo

Por otro lado, la consultora advirtió que la informalidad le fija un límite a la recuperación de la actividad económica vía consumo.

“A menor empleo registrado, menores salarios”, enfatizó y manifestó que desde 2016 la caída del poder adquisitivo fue más marcada en sectores fuertemente informales, como el servicio doméstico, los servicios sociales y el comercio.

Al respecto, se detalló que en los últimos cuatro años el consumo privado cayó 19 puntos por debajo del nivel de 2016, en una tendencia que “aún no parece revertirse en virtud de los últimos datos disponibles”, los cuales marcan una caída del 1% en el primer trimestre de 2021.

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En sintonía, la caída en el poder adquisitivo afectó a la participación de los salarios en el poder agregado de producción, que actualmente es del 37% frente al 45% de 2016. En este sentido, se destacó que los trabajadores más afectadas fueron los de la educación privada, los industriales y los de comercio, equivalentes a más de un tercio de la fuerza laboral de la Argentina.

Para aumentar la formalidad laboral y fomentar la desinflación, el estudio sugirió que es necesaria una apreciación cambiaria y una apuesta por los servicios para estabilizar la macroeconomía.

Asimismo, recordó que los servicios generan el doble de puestos de trabajo que los productores de bienes, aunque esta última rama ocupa a mayor cantidad de trabajadores no calificados.

Sector por sector: ¿Qué hacer para fomentar el empleo?

El informe consideró que el Gobierno “está obligado a incentivar que la recuperación en el mercado laboral en los próximos meses incremente los porcentajes de registración”.

“En un planteo serio de recomposición de ingresos, debe tenerse en cuenta el panorama del empleo registrado por sector, a fin de contar con una mayor amplitud de la cobertura de las instituciones laborales para reducir el gasto público”, resaltó.

Más allá de la heterogeneidad, excepto en la pesca y el sector energético, en las otras 14 actividades económicas los trabajadores perdieron poder de compra.

Fuente: Analytica Consultora

En tanto, remarcó que la “grieta salarial” entre formales e informales se vincula directamente con su actividad.

“En el sector servicios, la tasa de formalidad supera al 50% y el salario medio es un 25% más alto que el de la producción de bienes, donde menos del 40% de los trabajadores están registrados”, calculó.

En este sentido, se estima que hay cinco sectores claves –donde la informalidad es elevada- para la reactivación laboral: transporte, almacenamiento y comunicaciones, construcción, actividades inmobiliarias y empresariales, servicios sociales y servicio doméstico, siendo este último el más afectado ya que el 75% de los trabajadores no está registrado y el salario es considerablemente inferior al de otras ramas.

Por este motivo, Analytica Consultora detalló que además de controlar la inflación, también se necesitan mayores acciones relacionadas al salario mínimo, paritarias e indemnizaciones por despido, ya que esto no solo generaría una estabilidad en los ingresos de los trabajadores, sino que también ayudaría a reducir el déficit fiscal, debido a que las pensiones contributivas representan alrededor de 40% del gasto público primario y los programas Potenciar Trabajo y Políticas Alimentarias, insumirán este año $205.000 millones, 0,5 puntos del PIB.