El bono de 5000 pesos para los trabajadores, que el Gobierno anticipó como una promesa post elecciones primarias, se convirtió en uno de los principales y más controvertidos temas de agenda.

En ese contexto, este lunes, el ministro de la Producción y Trabajo, Dante Sica, citó en forma urgente a la Confederación de Trabajadores Argentinos, Cámara Argentina de la Mediana Empresa (Came), a la Unión Industrial Argentina y otras cámara empresariales a fin de avanzar en concreto con la medida.

Según informaron fuentes a Conclusión, el cónclave comenzó a las 17 en la Casa Rosada y el arco empresarial ya ha expresado una fuerte resistencia a la implementación de la medida, salvo que el Gobierno pueda ofrecer a cambio algún beneficio a las empresas.

Ya en las primera horas de este lunes se hizo pública la posición de Miguel Acevedo, presidente de la UIA, quien calificó de «complicada» la implementación de un bono porque las finanzas de la mayoría de las empresas están muy comprometidas.

En tanto, desde la central de los trabajadores, si bien conceden que el Gobierno está obligado a un gesto de estas características, reconocen que el panorama para los privados para llevar adelante el pago de una bonificación de este tipo es sumamente dificultoso, a pesar de reconocer que la inmensa mayoría de las paritarias se cerraron a considerable distancia de la inflación estimada para este año, superior al 50% y la «corrosión» del poder adquisitivo del salario tiene un piso de 30%, dato que incluso validó desde la estadística oficial el Observatorio de Derecho Social de la CTA Autónoma en un detalle pormenorizado, segmento por segmento de trabajadores.