Los ingresos por salarios, jubilaciones y planes sociales alcanzaron a empatarle a la inflación en el segundo semestre y aumentarían 3,7% en términos reales en la primera parte de 2017.

Así lo interpretaron los economistas Marcelo Capello, Gerardo García Oro y Laura Caullo del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), de la Fundación Mediterránea.

Destacaron que «la masa salarial ampliada, que en el primer semestre cayó 7,3% interanual en términos reales, apunta a un leve aumento de 0,3% interanual (siempre en términos reales) en el segundo semestre».

Se trata de un «guarismo que incluye las medidas más recientes como el bono de fin de año y supone su aplicación generalizada en el segmento formal de la economía».

«El incremento de 0,3% se desagrega en una variación de 5,6% interanual en jubilaciones, una merma de 1,2% en salarios y una suba de 2,2% en programas sociales», indicaron.

Para el primer semestre de 2017 proyectaron una mejora interanual de 3,7% en el poder adquisitivo de la masa de ingresos ampliada, «con una variación positiva de 2,1% para los sueldos, de 9,7% para las jubilaciones y de 5,8% en programas sociales».

Respecto del empleo, señalaron que «en caso que se cumplan las proyecciones del Presupuesto 2017 y el PIB crezca un 3,5%, el año próximo podrían lograrse 318 mil nuevos puestos de trabajo, cifra que incluye 53 mil empleos del sector formal de la construcción».

Así, «el factor ocupación potenciaría para el promedio de 2017 el incremento del poder adquisitivo de la masa de ingresos ampliada, que podría superar el 5% interanual en términos reales».

Por su parte, Joaquín Berro Madero, también del Ieral consideró que «el nivel de endeudamiento de las empresas no debería ser una traba para la salida de la recesión».

«Para un conjunto de empresas vinculadas a la actividad industrial, se tiene que el monto de pasivos financieros representa 3,3 veces el resultado operativo», sostuvo.

La comparación de este indicador con lo ocurrido en 2014 (año de devaluación con recesión) refleja que el ratio de deuda a resultado operativo se podría estabilizar e incluso disminuir en los próximos trimestres, según su evaluación.

De todos modos, destacó que «los pasivos de corto plazo de las empresas representan el 69% del total, por lo que debería darse un proceso de extensión de los plazos de las deudas».

Para Juan Francisco Campodónico, «la balanza comercial de 2016 apunta a un superávit de US$ 1,6 mil millones» lo que revierte el déficit de US$ 3.000 millones de 2015.

Ocurre que en el tercer trimestre, las exportaciones (sin combustibles) experimentaron una leve contracción de 0,7% interanual, mientras que las importaciones (también excluyendo combustibles) profundizaron la caída a un 10,5% interanual.

Las exportaciones de productos primarios anotaron un significativo incremento de 14,3% interanual, mientras que las ventas al exterior de las manufacturas de origen industrial, que habían caído 27,9% interanual en el primer trimestre, moderaron a 11% y 3,9% el retroceso en el segundo y tercer trimestre.

En tanto, «las exportaciones de combustibles pasan a terreno positivo luego de profundas caídas en trimestres anteriores. Así, el saldo de la balanza energética sigue siendo deficitario (US$ 2854 millones en los primeros nueve meses), pero recorta en US$ 1260 millones el rojo de igual período del año anterior», analizó el economista de la Fundación Mediterránea.