El gobierno dispuso una reducción al 10 por ciento en el impuesto  a la venta de autos y motos de alta gama, y embarcaciones, con el objetivo de «aumentar la producción y el empleo» y facilitar inversiones en la industria automotriz.

El ministro de Producción, Francisco Cabrera, calificó a la medida como «la eliminación del cepo a la producción automotriz» y anunció que el gobierno acordó con las principales terminales inversiones por 3.800 millones de dólares para los próximos dos años.

Según la nueva medida para automóviles, la tasa será de 10% para las unidades que superen el precio de venta de $ 350 mil pesos y del  20% para los vehículos de lujo que superen los $ 800 mil.

En el caso de las motos, el 99% de la producción nacional no pagará impuestos internos ya que solo tributarán un 10% las que superen el valor de 65.000, mientras que para las embarcaciones, la tasa de 10% se aplicará cuando superen el valor de 400.000, lo que excluirá al 70 por ciento de la producción.

Cabrera brindó una conferencia de prensa junto al secretario de industria, Martín Echegoyen, para anunciar los alcances de la nueva medida.

El ministro dijo que el  impuesto a los autos «era sólo un mecanismo más para intentar contener el tipo de cambio» y sostuvo que «en dos años de vigencia, no solo no logró su objetivo sino que generó freno a la producción, caída de empleo y distorsión de precios».

Cabrera anunció también que se quita el impuesto a los automóviles diésel  y sostuvo que  «con un sistema de cambio único este impuesto deja de tener sentido y esperamos que este produzca una baja de precio».

Anteriormente las escalas de aplicación de la tasa del impuesto variaba de un 30 a un 50 por ciento, según la escala de precios.

El secretario de Industria estimó que la baja de precios podría llegar a un 30 por ciento en el valor de venta de los autos que eran alcanzados por el impuesto.

La medida,  que se aplicará a través de un decreto, que se publicará mañana en el Boletín Oficial,  tendrá una duración de seis meses, «con el objetivo de monitorear el comportamiento del sector  y realizar las modificaciones que se consideren necesarias», dijo Cabrera.

El ministro dijo que las empresas que se comprometieron a inversiones por 3.800 millones de dólares  en los próximos dos años, son Fiat, Toyota, General Motors, Mercedes Benz,  Honda, Renault, Nissan y Ford,  y que podría agregarse Volkswagen.

Cabrera dijo que la medida «hasta puede tener un beneficio fiscal, porque el impuesto era tan alto que no se importaba nada» y estimó que el próximo año la industria podría alcanzar una producción de más de 800 mil unidades.

El ministro insistió en que la medida beneficiará a las cadenas de valor de las provincias Córdoba, Tucumán, Santa Fe y Buenos Aires que se desarrollan junto a la industria automotriz  al estimar que hasta ahora las fábricas «no agregaban componentes a los autos para no pasarse del tope a partir del cual pagaban impuestos».

Etchegoyen explicó que «la recaudación por el impuesto anterior era insignificante y la distorsión de precios, extraordinaria».

El funcionario señalo que «había vehículos de gama media que se producían en la Argentina pero no se comercializaban porque el impuesto los transformaba en inaccesibles y con esta normalización, gana la producción y ganan los usuarios porque van a bajar y estabilizarse los precios de todos los vehículos».