La industria está atravesando uno de sus peores momentos en más de una década. Fuerte caída en las ventas, costos en alza y tasas desorbitantes para financiarse generaron un combo letal para los empresarios, que comenzaron a atrasarse en el pago de sus deudas y prácticamente ni piden nuevos créditos para capital de trabajo.

A futuro, el panorama apunta a empeorar, con un consumo que sigue deprimido y una morosidad en aumento, al menos en el corto plazo.

Según los últimos datos del Banco Central la mora a la industria prácticamente se duplicó en un mes, al pasar de 1,2% al 2% del total de la cartera. Si bien los números son bajos en la comparación histórica, muestran un fuerte agravamiento de la situación crediticia de las empresas en general, y de la industria en particular.

“La ecuación no funciona, el mercado no responde, los precios de los insumos aumentan y con el consumo en baja uno no puede trasladarlos. Conclusión: se deja de pagar al banco y a la AFIP”, grafica Damián Regalini, vicepresidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Medias.

“En los próximos meses todos los indicadores de la industria van a empeorar y estoy seguro de que la mora va a aumentar”, vaticina el empresario textil, que además es miembro de Fundación Protejer.

Líneas de corto y largo plazo

En el último informe sobre bancos, el BCRA detalla cómo creció la mora en cada línea crediticia y asegura que “el indicador de morosidad de los adelantos mostró la mayor suba relativa con respecto a los valores observados en septiembre”.

En términos interanuales, el nivel de este coeficiente aumentó 0,8 punto porcentual, impulsado mayormente por los préstamos al comercio y a la industria.

Los adelantos en cuenta corriente son los acuerdos por descubierto que tienen las empresas, en donde el costo financiero total llegó a superar el 100% anual.

Los préstamos al capital de trabajo se desplomaron 30% en noviembre, acumulando cuatro meses consecutivos en rojo, según informó Fausto Spotorno, director del centro de estudios económicos de OJF y Asociados, que combinó datos del Central con estimaciones propias.

“Esto explica el mecanismo de transmisión entre la suba de tasas y la caída del nivel de actividad”, destacó el economista en su cuenta de Twitter, avalando el constante reclamo de los industriales por el efecto recesivo de los tipos de interés elevados.

La industria, sector por sector

“Los sectores de la industria que están más expuestos son aquellos que tienen procesos más largos de producción -que tienen que comprar insumos a largo plazo y tarda más en cobrar y los vinculados al consumo”, explica Spotorno, en diálogo con iProfesional.

La industria textil es, justamente, una de las más golpeadas por la baja del consumo y una de las que más sufrió el cierre de fábricas en los últimos meses.

Según confirma Regalini, la fábrica de medias Apogeo, la fábrica Footy, la marca Can Can y “tres o cuatro fabricantes históricos y tradicionales que quizá no son tan conocidos pero son grandes”, son algunas de las firmas que se vieron obligadas a bajar la persianas.

“Nos estamos fundiendo, estamos achicándonos, echando gente, tratando de bajar los gastos fijos, y tengo colegas que directamente tuvieron que dejan de pagar al banco y a la AFIP”, sostiene Regalini.

En uno de los bancos más activos en el segmento corporativo explican que el aumento en la mora que el BCRA informó con datos a octubre se mantuvo en noviembre. Además, muchas entidades comerciales se están enfocando más en el área de cobranzas para tratar de recuperar la mayor cantidad de préstamos otorgados.

“En noviembre siguió igual e incluso en alza la mora. Se ganó más expertise en eltiming de la cobranza, fuimos más proactivos y empezamos analizar mucho más al cliente, ver a quién le estamos prestando y si tiene o no capacidad de repago para responder”, explicó el gerente de empresas de esa entidad, quien agregó que están notando atrasos de entre 60 y 90 días en las líneas corporativas, aunque sólo en lo que es financiación en pesos.

Los datos del BCRA también muestran que en octubre si bien se redujo en el mes la cantidad de cheques rechazados, sí hubo un alza en los que fueron “rebotados” por falta de fondos.

Qué hacen los bancos

Según explican en otro banco, cuando ya empiezan a notar una demora de más de 60 días activan el proceso de “recuperación del cliente”. ¿De qué se trata? Lo llaman, lo citan y se reúnen para analizar su situación particular y tratar de reestructurarle la deuda, dándole más plazo para que pueda pagar.

“No vamos a destruir la compañía. Al contrario, tratamos de aportar, de que sigan trabajando. Muchas veces son empresas con trayectoria y sabemos que ahora están atravesando un mal momento”, detalla el ejecutivo de un banco que en las últimas semanas estuvo mucho más activo en estas reuniones con sus clientes corporativos.

Si bien el contexto recesivo es la principal causa de esta delicada situación crediticia por la que pasan las empresas, el duro ajuste monetario que encaró Guido Sanlderis cuando desembarcó en el Banco Central fue clave para empeorar el escenario.

Más allá de que el titular del BCRA suele decir que la volatilidad del dólar y la inflación generan un impacto más fuerte en la economía, lo cierto es que estos niveles de tasas ahogan financieramente a las empresas.

En rigor, con el objetivo de que la base monetaria no crezca para contener la inflación y el dólar, el Central elevó fuertemente las tasas de interés y aumentó los encajes.

Ese combo, por un lado, redujo la liquidez de los bancos, lo que hace que sea más selectivos a la hora de prestar. Y, por otro lado, al pagar tasas altas por sus Leliqs, genera que las entidades tengan más interés en prestarle sus pesos al BCRA a un rendimiento que hoy es del 59% anual -y que llegó al 74%-, antes que financiar a una empresa.

Más restricciones a la hora de prestar

Según la última Encuesta de Condiciones Crediticias que elabora el organismo monetario en base a una encuesta cualitativa que hace entre los principales bancos del sistema, todos habían anticipado “una significativa restricción de los estándares crediticios asociados a empresas” para el cuarto trimestre del año.

Eso implica pedir más garantías, elevar las tasas, reducir los montos a otorgar y, según la encuesta, esa situación “se extendería principalmente a las pequeñas y medianas empresas y a los créditos de mediano y largo plazo (superiores a un año), y en menor magnitud, a las grandes empresas y a los préstamos de corto plazo (menores a un año)”.

Para Spotorno, el repunte en la industria no será uniforme y dependerá de cada sector: “El más vinculado a Brasil puede repuntar antes, además del vinculado al agro, si la cosecha es buena”. En cambio, agrega, en los sectores que dependen del mercado interno, la recuperación será más débil y se podría dar “quizá en el tercer trimestre del año que viene”.

Tras compartir una reunión con sus colegas, Regalini resumió que en el sector textil aún no logran ver un piso a esta caída en las ventas.

“No hay ningún indicador que nos diga cuál va a ser el rebote”, señala. En ese sentido, para 2019 prevén un nuevo ajuste en el sector y apuntan a sobrevivir. “Nuestra misión el año que viene va a ser achicarnos y tratar de llegar del otro lado del río”, sentencia.