El economista Horacio Rovelli, refirió que el 4,9% de inflación que anunció el INDEC pone a los argentinos en una situación peligrosa y advirtió que se han pasado ciertos límites que nos ponen «al borde de la hiperinflación«, y sentenció que el futuro amenaza ser poco promisorio porque se avecina «un verano muy difícil«.

Respecto de los índices inflacionarios que dio a conocer el Gobierno, Rovelli señaló a Conclusión, que a pesar que desde el Ejecutivo Nacional lo  «presentan como algo positivo», este índice «es raro», ya que las mediciones «realizadas por la Ciudad de Buenos Aires, establece 5,8% de inflación».

El ex funcionario del Gobierno de Raúl Alfonsín, alertó que cuando se esta ante índices inflacionarios cercanos a los tres dígitos, es decir el 100%, se está al borde de la hiperinflación», porque «todos los días uno o dos productos  aumentan en el supermercado».

En este marco, el especialista dijo que la administración Fernández, avanza con la ejecución del plan del FMI, que procura excedente a costa de maximizar ganancias y minimizar costos, es beneficioso para las grandes empresas, pero no para los trabajadores». «La reducción del gasto público para comprar divisas implica el sacrifico de los jubilados, que ya perdieron una cuarta parte de sus ingresos respecto del año pasado».

Argentina está haciendo un brutal ajuste fiscal, hace 38 años que veo el Presupuesto Nacional, y nunca vi que sea menos del 20% del PBI como el del año que viene. Disminuye en las jubilaciones, el 43% del gasto de la administración nacional es la Anses y han reducido ahí. Lo bajaron al 40%»

«Va a ser un verano muy difícil, estamos en una situación altamente inflacionaria en la cual el Gobierno no logra controlar la variable y ponerse de acuerdo con las empresas para decirles ‘¿Cuál es el justificativo para aumentar el precio?’. Tienen un amplio margen de beneficio, que en economía se llama renta, un mercado muy concentrado al que hay que sumar los supermercados», planteó.

A pesar que los alimentos y bebidas no alcohólicas son rubros que menos aumentaron, para el especialista en finanzas, alcanzar un acuerdo de precios vía el congelamiento, no se resuelve el problema de fondo y se trata de generar una «sensación de que la cosa funciona».

«En realidad», dice Rovelli, el gobierno «necesita llegar a marzo, que es cuando comienza a ingresar la liquidación de la cosecha gruesa del maíz y de la soja», para recaudar.

«Sucede que el Gobierno no logra controlar la variable y ponerse de acuerdo con las empresas para decirles ‘¿Cuál es el justificativo para aumentar el precio?’. Tienen un amplio margen de beneficio, que en economía se llama renta, un mercado muy concentrado al que hay que sumar los supermercados»,

En la misma línea denuncio que existe una «asociación de hecho entre los supermercados y las grandes empresas de producción de alimentos en serie» en la que «el precio no tiene nada que ver con el costo».

No obstante, aclaró que esta realidad no fortalece al gobierno, al contrario «lo debilita, porque es incapaz de fijar  límites», más allá de la potestad del Estado para aplicar una batería de normas que tiene a la mano para intervenir y obligarlos a demostrar el costo».