Jorge Rulli fue uno de los fundadores de la Juventud peronista que se reunía en Corrientes y Esmeralda, después del derrocamiento de Perón. Se conectó con Palabra Argentina de Alejandro Olmos y participó de las primeras manifestaciones por los fusilados de la “Libertadora”. En el acercamiento al Frente para la liberación Argelina conoció a «Cacho», El Kadri, a quien incorporó al peronismo.

Luego de estar preso durante el plan Conintes, entre los años 1960 y 1963. Participó en el operativo retorno ya con las FAP constituidas, en el 65 viaja a China a un entrenamiento a nombre de Perón. En el año 66, 67 con un desprendimiento de las FAP en provincia de Buenos Aires intenta una avanzada al mismo tiempo que se inicia la campaña del Che Guevara en Bolivia. Cae nuevamente durante los carnavales del 67 en un operativo, en simultáneo asesinaban al Che en la selva. Estuvo un tiempo agonizando en el Hospital Italiano a causa de las torturas recibidas durante el cautiverio.

De la mano del General Alberte el peronismo le da un gran respaldo y logra recuperarse. Incluso es visitado por Alicia Eguren varias veces, esposa de John William Cooke. A través de ella, comienzan las gestiones para su rehabilitación en Cuba. A fines de ese año viaja a Montevideo acompañado por Cook, reside un tiempo, que lo aprovecha para entablar vínculos con organizaciones que pregonaban la unidad rioplatense.

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Finalmente es Gustavo Rearte quien luego de una reunión en Buenos Aires les da los pasajes para emprender el viaje a la isla caribeña. Retorna a la Argentina luego de encontrarse con Peron en Madrid pero pronto debe refugiarse en Montevideo, donde entabla relación con José Mujíca y otros militantes uruguayos, pero al poco tiempo cae preso nuevamente. Las circunstancias de la vida lo llevan a encontrarse con su amigo José Luis Nell en la cárcel de Punta Carretas, conviviendo un año en la misma celda.

Luego de un paso por chile, vuelve al país en el 71, donde conduce la juventud peronista de La Matanza, en el proceso previo del retorno de Perón a la Argentina. El golpe militar del 76 lo encontró en la provincia de Salta, donde entabló relación y trabajó con el pensador argentino Rodolfo Kusch. En el año 77 lo detienen en esa provincia y luego de siete meses lo trasladan al penal de La Plata, donde permanece otros cinco años recibiendo torturas y todo tipo de vejámenes. En el 82 logra su libertad y viaja a España y luego a Suecia, donde se rehabilita en una clínica para torturados.

Jorge Rulli se casó tres veces y tuvo siete hijos, algunas circunstancias familiares lo llevaron a vivir en Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires, donde reside actualmente, cultivando una huerta viviendo como un náufrago, según sus propias palabras.

Hoy en día es un activista por la ecología y emprendió todo tipo de reclamo en contra de la contaminación y de empresas como Monsanto. Vive con su esposa Wanda y en cercanía de sus hijos, que organizan a los pequeños productores de la zona.

-Conclusión: ¿Qué opina de la actual situación política?

-Yo hablo con algunos compañeros y les digo; nos preparamos toda la vida para esto, nos preparamos para el retorno de Perón, nos preparamos para la revolución, pero en realidad esto supera todo lo que pensamos. Imaginate que se cayeron los viajes internacionales que eran 4 millones de viajes aéreos, se cayeron los viajes con container por el canal de Panamá no pasa nadie, se acabó la fábrica del mundo. Querían que cada país tuviera algún tipo de autonomía económica pero hay países como España, que no producen ni papel higiénico, vas a una santería en Madrid, agarras una virgen y tiene los ojos orientales, porque hasta eso es fabricado por los chinos, y ahora que se cortó el tráfico internacional España siente que no produce nada. Toda esta coyuntura hay que aprovecharla. A la vez hay señales muy positivas, fijate vos que hay un sentimiento de volver al hogar en todos los países, la gente quiere volver, quiere ser repatriada. ¿Esto qué significa? Hay un renacimiento de la cuestión de arraigo, cada uno quiere volver a su país, volver a su terruño porque en realidad la humanidad desarraigada se convierte en una plaga, el depredador es el desarraigado, lo que han hecho con nosotros es un gran desarraigo, que te debilita, como dice Cook solamente a partir del arraigo sabes cuáles son tus necesidades y peleas por ellas.

-¿Cuál es el panorama que avizora post pandemia?

-La pandemia te deja una gran lección, no podemos depender de los barbijos chinos, los filtros de café los hacen los chinos, si vos me dijeras china nos vende Inteligencia artificial, bueno se entiende, pero China nos vende los camisolines para los hospitales, eso lo hace una señora con una máquina Singer de coser. Es hora de empezar a producir, acá están pensando en repartir bonos y billeteras inteligentes, esta bien, pero hay que convocar a desatar las energías populares, la pandemia no puede ser una justificación para estar en la cama mirando Netflix, hay que ponerse a producir lo que sea, en huertas, una herramienta, lo que fuere para reactivar la industria nacional. Se van abrir oportunidades, todo esto nos debería poner de vuelta sobre el ring, la pandemia nos está regalando una enorme oportunidad para barajar y dar de nuevo, los pocos barcos que llegaron están empantanados por la baja del Paraná, no podemos seguir produciendo insumo para los cerdos chinos, tenemos que producir comida, volver a poblar el campo con familias, tener una natalidad alta como la que teníamos, familias felices bien alimentadas.

-¿Cuál es la impresión que tiene sobre el cumplimiento de la cuarentena en los barrios del conurbano?

-La cuarentena la cumplen fundamentalmente los sectores medios, hoy a la comunidad hay que reconstruirla a través de las medianeras de las casas o de balcón a balcón, porque nos han encerrado en nuestras casas. Los pobres cumple relativamente la cuarentena, porque la gente no tiene posibilidad si vive hacinada, hay mucha hambre, en algún momento muchos supermercados cerraron por falta de provisión y también por miedo a los saqueos, la gente vive al día. ¿Cómo haces la cuarentena? Dejas de ir a trabajar y no tenés dinero. ¿De dónde sacas comida? Y en la medida que mucha red de militancia dejó de ir al barrio, cerraron los comedores y entonces es normal que venga el ejército con raciones de comida o monten una cocina de campaña y repartan, y ahí es lógico que la gente los ve venir y los aplauda. Y esto no es el operativo Dorrego, el ejercito no es el mismo, la situación no es la misma, los actores no son los mismos.

-¿En términos geopoliticos como ve que se mueven los principales actores mundiales?

-Lo que importa es cómo va a ser el mundo de aquí en adelante, a mí me parece que es la gran oportunidad de la humanidad y del peronismo en particular, de generar una sociedad más justa, equitativa, más en armonía con la naturaleza, de volver a tener una Independencia económica,poner en funcionamiento el ferrocarril, ir hacia una soberanía alimentaria, nacionalizar la banca externa, liberarnos de los chinos y liberarnos de la influencia de otros países, porque encima están todos cerrándose en sí mismos, debido a la catástrofe. Yo no estoy de acuerdo con lo que plantean algunos militantes de seguir manejando la contradicción globalista y soberanistas. Me parece que quedó obsoleta, porque como soberanista me podría llevar a una posición de respaldar a Bolsonaro, y yo jamás voy a respaldar a un demente como Bolsonaro, eso cambió. Cuando muchos dicen, hay que superar la grieta, pero la grieta no se supera solamente de un lado, se supera de los dos lados, hay que barajar y dar de nuevo y en ese sentido, Alexander Duggin, el filósofo ruso, dice que la globalización terminó, lo que viene es la post globalización y en la post globalización vamos a tener que enfrentarnos los que queremos un mundo nuevo, que somos los post globalizantes y los globalizantes que van a querer a volver a hacer lo mismo. El mundo cambio y no podemos hacer nada que hayamos hecho y que ya haya fracasado, tenemos que poner la imaginación al servicio de un mundo abierto y nuevo, donde la gente participe y opine, es un umbral civilizatorio porque se cayó la globalización, con la crisis sanitaria viene la crisis económica, la falta de alimentos, el hambre en el mundo, ya lo están diciendo algunos diarios europeos. La Argentina nunca cumplió la carta ambiental de Perón qué decía: “la Argentina de ser potencia tiene que ser potencia en la producción de alimentos sanos y saludables, que el mundo necesita”, en vez de eso producimos soja y toda la dirigencia política basaba sus expectativas en Vaca Muerta y ahora que se cayó el petróleo imagínate, el fracking no vale más. Hay que laburar la tierra. Por supuesto que no es fácil, en Francia Macron convocó a todos los oficinistas y agentes de servicios que estaban en cuarentena rascándose la panza en su departamentos ,los convocó dándole un permiso para que vayan a levantar las cosechas de los campos franceses y no tuvo éxito. Tuvieron que abrir las fronteras para dejar entrar a unos cuantos miles de rumanos para que la levantaran, eso es el urbano centrismo, hay que cambiar inmediatamente esta cultura del consumismo y el urbano centrismo, porque de lo contrario nos vamos a morir hambre, son problemas muy serios.