Por Federico Morel

El retiro voluntario, desde el ingreso del neoliberalismo en la década del ´90, tanto para empresas como para el Estado ha funcionado como mecanismo de «común acuerdo» para despedir de manera encubierta a los trabajadores, y así  bajar los «costos». Esta estrategia cobra trascendencia en épocas donde el trabajo se ve afectado por deficiencias en el engranaje del sistema económico o cuando las políticas de un país benefician a intereses que nada tienen que ver con el resguardo de los derechos de los trabajadores.

Es así, que en el año 2018 el Estado nacional ofreció 5.000 retiros voluntarios, en una primera instancia, al que accedieron más de 1.300 trabajadores y se dictaminó una prórroga hasta marzo de 2019 para el trabajador que decida aceptarlo. En la provincia de Buenos Aires se abrió en junio pasado el plan provincial de retiros voluntarios, donde hasta el momento se cree que más de 12.000 empleados estatales accedieron a esta opción a través de la página web especialmente destinada para ello.

Por el carril empresarial, grandes transnacionales como Carrefour, dispusieron más de 1.000 retiros voluntarios el año pasado, en el marco de un proceso preventivo de crisis que seguirá su curso hasta el año 2021. Otra empresa que ofreció este plan fue Ford Argentina, quien contaba hasta octubre del año pasado con una planta de 3.400 empleados.

En relación a esto, Conclusión dialogó con el abogado Maximiliano Donadío, quien se especializa en asuntos laborales, y le consultó sobre este sistema que, se entiende, es de común acuerdo entre el empleador o patrón y el trabajador. «Hablar de retiro voluntario es hablar de un acuerdo de voluntades que en realidad no es tal. El trabajador no quiere perder el trabajo, el trabajador no encuentra otra solución más que perderlo», aseguró el letrado.

-¿Qué es una relación laboral?

-Una relación de trabajo es un acto productivo y creador del hombre y luego va a ser entendida como una relación de intercambio. El trabajo es un hecho inescindible de la persona humana. En un contexto económico como el que vivimos en el 2018 de depreciación monetaria en el cual ha habido una regresión de la economía, por supuesto, las fuentes de trabajo formales disminuyen, se producen despidos. En algunos casos, las empresas pretenden acordar con un supuesto acuerdo voluntario, cuando no es un acuerdo de parte, porque está claro que el trabajador no decide perder su fuente de trabajo. El trabajo estable, el trabajador medio es una persona que esta cómodo en su trabajo y que no desea tener una movilidad laboral porque eso le genera stress. Está acostumbrado a tener su sueldo de tal fecha a tal fecha, está acostumbrado a tener su débito laboral, a sus largas jornadas de trabajo pero contra pago de una remuneración y tiene su economía familiar anclada o acomodada a eso. En situaciones de crisis como esta vemos que los derechos del trabajador empiezan a retacearse, empiezan a desaparecer las horas extras, a aparecer trabajos no formales clandestinos en una parte de la jornada de trabajo, empiezan a haber mas casos de A.R.T. y si lo denuncias en la aseguradora, te empiezan a mirar de otra manera. El cúmulo de los trabajadores entienden de que van a quedar menos, y en ese quedar menos, muchas veces, las empresas pretenden acordar con el trabajador.

-¿Qué es el retiro voluntario del que hablan las empresas? ¿Y qué significa para el trabajador?

-Hablar de retiro voluntario es hablar de un acuerdo de voluntades que en realidad no es tal. El trabajador no quiere perder el trabajo, el trabajador no encuentra otra solución más que perderlo y frente a eso, acordarán las partes en que pierda lo menos posible. Ahora, ese retiro voluntario, encontraría tutela dentro los convenios colectivos de trabajo, dentro de la ley de contrato de trabajo y no perforándolos como muchas veces pasa. Entonces, se le pagan indemnizaciones menores. Pero insisto, más allá de la indemnización y, aún si fuera la indemnización justa no es un retiro acordado, no es que el trabajador elige perder su fuente de trabajo. El trabajador está cómodo trabajando porque es lo que hace. Entonces, en ese contexto, es una situación forzada. La doctrina dice que el trabajador se encuentra en una situación de hiposuficiencia negocial, él no puede negociar una cosa distinta.

-¿Qué porcentaje de “retiros voluntarios” existen en relación a los despidos contabilizados del país?

-Los retiros voluntarios no figuran en ningún lado porque lo acuerdan las partes. Esto ya lo hemos visto en la época de las privatizaciones, en el 2001 fue un caos terrible. Por ejemplo, en San Nicolas había tres kioscos por cuadra. Es algo que empieza a verse nuevamente. Yo celebro la respuesta del argentino frente a la crisis de 2018. Otros países no tienen la forma de acomodarse que tiene el argentino para un contexto de inflación como el que tuvimos, para una perdida del poder adquisitivo del dinero, las empresas pagan tasas fenomenales; frente a eso, soy optimista, no ha habido concursos, no ha habido quiebras, pero sí ha habido perdidas de puestos de trabajo, sí ha habido una pauperización de toda la sociedad, sí ha habido una perdida de derechos del trabajador.

-¿Es el trabajador una variable de ajuste para la empresa?

-Muchas empresas entienden como una solución inmediata el ver la ecuación financiera y tomar al trabajo como una variable de ajuste. Eso a corto plazo puede llegar a ser un análisis, pero de ninguna manera de mediano a largo plazo. La empresa es una coordinación de medios personales, materiales e impersonales con el fin de obtener lucro: la empresa tiene que ganar plata. Las personas tienen que estar bien para poder trabajar, tienen que sentir que no peligra su puesto de trabajo, tienen que llegar a fin de mes, tienen que tener beneficios sociales, las personas tienen que estar bien. Si partimos del concepto de salud de la OMS, en la cual dice que la salud es un estado psicofísico-emocional, si afectamos la salud de la persona porque está estresada, porque no sabe si pierde el trabajo, porque le pagan menos, porque le dan menos horas extras, porque la están pauperizando, esa empresa a mediano plazo pierde porque la empresa es esa coordinación que es un hecho humano, un acto de las personas, no puede entenderse como una variable de ajuste.

-¿Bajo qué condiciones quedan los trabajadores en los procedimientos de crisis?

-Normalmente lo que se hace es para obtener una reducción de personal a menor costo, despidiendo al trabajador con una indemnización atenuada dentro del marco de la ley. Por eso es que los sindicatos son muy reticentes a aceptar este procedimiento. Ahora si el auxilio es bajar ciertos costos de la empresa sin tocar a la masa de trabajadores haciendo un auxilio genuino por parte de todo el círculo que hace a la empresa, entre ellos los trabajadores, puede ser una herramienta para evitar que la empresa colapse. Pero, es importante destacar que no debe haber abuso de derechos. No deben estar los balances acomodados de forma tal que la empresa presente una crisis que en realidad no es tal para obtener un lucro o una ganancia.

-¿A qué se refiere cuando dice abuso de derechos?

-Abuso de derechos es cuando uno encuadra una circunstancia que en realidad no es esta, que sociológicamente entendió el legislador para encuadrar este momento y uno quiere obtener una cuestión distinta de la finalidad de la norma, que puede ser obtener un lucro indebido por sobre lo que quiso el legislador en este caso concreto. El procedimiento preventivo de crisis lo que pretende es evitar que al empresa colapse. Es ese contexto que debería darse con acuerdo del sindicato que es la persona que representa los intereses de los trabajadores. El sindicato controla que no se afecte los derechos de los trabajadores y en ese caso no habría abuso. Pero si se fraguan cosas en perjuicio de los trabajadores, ahí sí habría abuso de derechos.

-¿Qué rol cumpliría un Ministerio de Trabajo en esta situación?

-El Ministerio de trabajo viene a ser la policía laboral. Es quien se encarga de que los derechos de los trabajadores, efectivamente, vivan. Yo siempre digo que el Ministerio de Trabajo tiene que estar en la calle, tiene que estar vivo, tiene que estar activo, porque sino los derechos de los trabajadores son un libro hermoso para tener ahí y que recién reviven cuando se extingue el vínculo. Con un Ministerio de trabajo en la calle, controlando, inspeccionando es otra cosa.

-¿A qué le atribuye, actualmente, que existan tantos despidos, tantos retiros voluntarios y tantos procedimientos de crisis?

-Sin lugar a dudas a la crisis económica. Después, en el medio, puede haber abuso de derechos, puede haber algún pícaro que pretenda obtener más. Pero sin lugar a dudas, en este contexto económico, que viene de 2018, que es público y notorio, que propios y extraños van a converger en que la sociedad se vio afectada y que ha convulsionado el mercado laboral. Ha habido perdida genuina de puestos de trabajo, hay trabajas clandestinos donde antes no los había y, lamentablemente, esto para mí es grave porque afecta a la economía familiar, el mercado laboral no llega a abarcar a los trabajadores que no tienen trabajo. Va a haber mucho cuentapropismo, muchas familias sin obra social, muchos trabajadores que no van a poder pagar los aportes jubilatorios y esto repercute, a mediano y largo plazo, en la clase media y en la clase media baja.

-¿Cómo sigue la vida del trabajador después que ha sido despedido?

-Es muy difícil. El trabajador cuando se extingue su trabajo, es un sujeto en crisis. Acá en el estudio lo veo a diario. Es una persona que no está preparada para esto. Hay que armar un curriculum, hay que aprender a venderse. El trabajador trabaja y ahora tiene que aprender a desarrollar un montón de cosas. Tiene que aprender toda una nueva dinámica donde se ven las tarjetas de créditos que no se pagan, trabajadores en el veraz. Es una situación realmente crítica.

-¿Quién es el verdadero responsable de que el trabajador llegue a esta situación?

-Es extremadamente complicada la pregunta. Es inabarcable. Asumo la buena fe de todos los trabajamos de Argentina: trabajadores, sindicatos, cámaras empresarias, asumo que todos queremos lo mejor para todos. Para uno mismo y para todos. Cuando no pasa, es porque hay engranajes de la economía mundial, de la economía doméstica, de esta cuestión humana, de esta persona muy especial que somos los argentinos, con nuestros matices, negativos y positivos, que obviamente juegan un rol importante y hacen que, cíclicamente, tengamos las crisis que tenemos y que resultan dolorosísimas para las personas.