VIERNES, 29 DE NOV

«Recesión económica y aumento del desempleo son ejes centrales de la estrategia del gobierno de Milei»

Así lo consignó un análisis de Luis Campos, y el Instituto de Estudios y Formación de la CTA (IEF-CTA), coordinado por Daniel Godoy. Compartimos conceptos y números del informe que nos habla de la caída de la actividad y la pérdida de puestos de trabajo como consecuencias de la política oficial.

 

El Instituto de Estudios y Formación de la CTA (IEF-CTA), coordinado por Daniel Godoy y con el análisis de Luis Campos dio a conocer un estudio sobre la caída de la actividad económica y la pérdida de puestos de trabajo como consecuencias de la política oficial.

El informe sobre ajuste, recesión e impacto sobre el mercado de fuerza de trabajo, destaca que la «profundización de la recesión económica y el aumento del desempleo son componentes centrales de la estrategia económica del gobierno nacional. La caída de la actividad y la pérdida de puestos de trabajo son consecuencias deseadas de la política oficial. Desde su perspectiva ellas son necesarias para contener la inflación y para debilitar la capacidad de acción colectiva de los trabajadores y las organizaciones sindicales».

El contenido de las políticas implementadas a partir del 10 de diciembre debe ser leído a partir de este doble objetivo: reducir rápidamente la indexación de los precios en la economía local y debilitar la reacción de los sectores populares. Su grado de éxito todavía está por verse. La inflación sigue en niveles extremadamente altos, con un 90% acumulado en tan solo cuatro meses, y la reacción popular ha dado muestras de vitalidad con el impulso de dos paros generales el 24 de enero y el 9 de mayo, y la realización de grandes movilizaciones y reclamos sectoriales. Todo ello a pesar de que en los primeros tres meses de gobierno de la nueva gestión la actividad cayó un 3,7%, acumulando una variación interanual negativa del 5,5% en febrero de 2024.

En tanto que «el contenido de las políticas implementadas a partir del 10 de diciembre debe ser leído a partir de este doble objetivo: reducir rápidamente la indexación de los precios en la economía local y debilitar la reacción de los sectores populares. Su grado de éxito todavía está por verse. La inflación sigue en niveles extremadamente altos, con un 90% acumulado en tan solo cuatro meses, y la reacción popular ha dado muestras de vitalidad con el impulso de dos paros generales el 24 de enero y el 9 de mayo, y la realización de grandes movilizaciones y reclamos sectoriales. Todo ello a pesar de que en los primeros tres meses de gobierno de la nueva gestión la actividad cayó un 3,7%, acumulando una variación interanual negativa del 5,5% en febrero de 2024».

A partir de marzo, y principalmente en el segundo trimestre del año, los niveles de actividad económica estarán condicionados por dos tendencias contrapuestas. Por un lado, la continuidad de la caída en la construcción y la industria manufacturera, que en marzo tuvieron retrocesos mensuales del 14,2% y 6,3% respectivamente; por el otro, el crecimiento impulsado por el sector agropecuario, cuya base de comparación es muy baja debido a la sequía de 2023. Aun así, este patrón de especialización productiva sustentado en la producción primaria, donde los sectores beneficiados además del agropecuario son el minero y el del complejo energético, en ambos casos capital intensivos y sin mayores impulsos al desarrollo de cadenas de proveedores, difícilmente derramará en el corto plazo sobre el mercado de fuerza de trabajo, por lo que no hay señales que indiquen que habrá una recuperación laboral al menos en lo que resta de
este año.

La caída de la actividad y la pérdida de puestos de trabajo son consecuencias deseadas de la política oficial

Cuantificar el impacto de este proceso sobre los puestos de trabajo resulta aún una tarea difícil de abordar. La información oficial disponible tiene una demora razonable en tiempos normales, pero en estos momentos puede quedar rápidamente desactualizada. El último informe de mercado de fuerza de trabajo del INDEC corresponde al cuarto trimestre de 2023, y las últimas
publicaciones del Ministerio de Trabajo tienen datos de febrero (SIPA) y marzo (EIL).

A pesar de ello, es posible esbozar una descripción sobre el impacto de las medidas económicas en el empleo, que da cuenta de un deterioro creciente cuyos orígenes se remontan al mes de agosto de 2023.

En los primeros tres meses de gobierno de la nueva gestión la actividad cayó un 3,7%, acumulando una variación interanual negativa del 5,5% en febrero de 2024

Entre agosto y febrero 94.070 trabajadores perdieron su puesto de trabajo (una caída del 1,5%). Si bien se trata de una caída muy importante, todavía está en magnitudes inferiores a las de fines de 2018 y 2019. De este retroceso, una parte muy importante (62.920 trabajadores) perdieron su puesto de trabajo en el transcurso de los tres primeros meses de gestión de La Libertad Avanza.

La caída del empleo registrado desde agosto de 2023 se explica en gran medida por el comportamiento de la industria de la construcción, que en el mismo período contabilizó 72.605 trabajadores menos (el 77% del total de este período), sufriendo directamente las consecuencias de las políticas oficiales en materia de obra pública. Este indicador es muy importante, ya que se trata del sector en el que el empleo reacciona más rápidamente a cambios en la actividad, principalmente por la facilidad para despedir originada en la existencia de un fondo de cese laboral. En una magnitud menor, en los últimos meses también han comenzado a presentar reducciones netas en el empleo la industria manufacturera, el comercio, la hotelería y gastronomía, y el transporte, almacenamiento y comunicaciones.

A nivel territorial el retroceso del empleo registrado y entre agosto y febrero se verificó en 21 provincias. Las únicas que tuvieron un aumento en términos absolutos fueron Chubut, Salta y Mendoza, mientras que en La Rioja, Formosa y Tierra del Fuego la caída en tan solo tres meses superó el 6%.

La retracción del empleo registrado en el sector privado se dio a la par de una fuerte reducción de la cantidad de trabajadores en el sector público. Durante los primeros tres meses de gestión del nuevo gobierno el empleo público cayó un 0,6% (21.393 trabajadores). De este total aproximadamente la mitad correspondería a despidos en la Administración Pública Nacional, mientras que la otra mitad se explicaría por cambios en la dotación de empleo en otras entidades y jurisdicciones.

La inflación sigue en niveles extremadamente altos, con un 90% acumulado en tan solo cuatro meses

En la desagregación por grandes sectores, la situación más crítica sigue siendo la de las trabajadoras de casas particulares. Se trata del único grupo que no recuperó ningún puesto de trabajo luego de la salida de la pandemia, y mes a mes sigue perforando los mínimos de los últimos años. En la actualidad se encuentra en niveles similares a los de fines de 2016, con un retroceso del 8,4% en comparación con febrero de 2020 y del 1,3% contra noviembre de 2023 (5.903 trabajadoras menos).

Considerando el agregado de los tres grandes grupos de asalariados registrados (sector privado, público y casas particulares), es posible afirmar que en tan solo tres meses (diciembre a febrero) perdieron su puesto 90.216 trabajadores, la peor variación trimestral desde que el
Ministerio de Trabajo comenzó a publicar los datos completos del SIPA en 2012, a excepción de los primeros meses de la pandemia.

Desde diciembre a febrero perdieron su puesto 90.216 trabajadores

Finalmente, la Encuesta de Indicadores Laborales elaborada por el Ministerio de Trabajo muestra que en marzo se volvió deteriorar el empleo registrado en el sector privado. En este caso, la caída del 0,5% en comparación con enero resulta la variación mensual más baja para un mes de marzo desde el año 2002. En los primeros cuatro meses de gestión de Javier Milei este indicador retrocedió un 1,4%, el segundo registro más bajo de los últimos 20 años, solo superado por el comienzo de 2009.

En cuanto a las suspensiones, si bien en los primeros meses de la nueva gestión se registró un incremento, el mismo no es muy significativo y los últimos valores publicados, correspondientes a marzo, se ubican levemente por encima de la media de los últimos años.

La situación más crítica sigue siendo la de las trabajadoras de casas particulares

En lo que va de abril y mayo las denuncias por despidos siguieron alcanzando a empresas de distintos sectores y localidades. En el ámbito de la industria metalmecánica se registraron despidos en la ex Drean, Whirlpool, Mar Argentina (ensambladora de Suzuki y Hyundai), FATE, Mirgor, entre otras; y en la industria de la alimentación se produjeron despidos en La Serenísima, Bimbo y Pepsico. A su vez, comenzaron a ser cada vez más frecuentes los casos de despidos en pequeños y medianos establecimientos comerciales.

El impacto de este proceso en el agregado de la ocupación registrada todavía es incierto. En algunas actividades, los representantes sindicales e incluso algunas cámaras patronales han denunciado que hay decenas de miles de puestos de trabajo en riesgo. Estas afirmaciones guardan relación directa con la caída de la actividad económica que, en algunos sectores superan largamente los dos dígitos en la comparación interanual. Las estadísticas oficiales recién ahora comienzan a dar cuenta de este retroceso en materia de empleo, algo que sin duda será uno de los ejes de los debates públicos y de la conflictividad social en los próximos meses.

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