El coronel Carlos Pissolito, especialista en Geopolítica, analizó el rol de las empresas multinacionales en las sociedades modernas y sostuvo que hay un “combate soterrado” entre estas compañías y los sindicatos, en donde lo que está en juego son los derechos del pueblo trabajador.
En diálogo con el programa “Aquí, allá y en todas partes”, emitido por Radio Síntesis de Conclusión y conducido por Hugo López, Pissolito sostuvo: “No creo en las teorías conspirativas, lo que no implica que no haya conspiraciones. Veo varias actividades que son interesantes pero no se puede hablar de una gran conspiración”.
Al respecto, indicó que se debe hacer una clasificación de los principales actores en la escena mundial y profundizó: “Tenemos que reconocer que los Estados Nacionales ejercen poder porque tienen intereses. No todos los Estados son iguales, tenemos las potencias (Estados Unidos, China, Rusia), seguidas por potencias menores o regionales (Turquía, Brasil, Israel) y los países de la periferia, como Argentina, que tienen un poder escaso o limitado”.
Pero agregó: “Hay otros actores que con el tiempo se han consolidado. Arriba de los Estados están las organizaciones supranacionales como la ONU, el FMI, el Banco Mundial, que hoy tienen vida propia”.
En este sentido, Pissolito señaló que también existen los “actores no estatales” como son el dinero y las grandes compañías como Microsoft o Amazon, y los “actores ocultos”, donde ubicó al narcotráfico, la trata de personas y el tráfico de armas.
“Todos estos actores interactúan y cada uno tiene su propia agenda, que pueden coincidir o no. Esa telaraña de poder genera interacciones”, explicó.
Profundizando en este aspecto, el coronel señaló que “hoy estamos asistiendo a un combate soterrado de los sindicatos con organizaciones internacionales como Uber o Mercado Libre y no son enfrentamientos sencillos”.
“El Estado ha sido superado por estas empresas multinacionales y ahí está el problema, porque estas instituciones del pueblo –como los sindicatos- ya no se enfrentan a un Estado Nacional sino que lo hacen a organizaciones mucho más poderosas. Estas empresas responden a una agenda que va en contra del pueblo”, detalló y aseguró que “a las compañías internacionales les molesta el sindicato”.
Y añadió: “Los funcionarios se vuelven devotos de las ideas que nos venden las empresas globalizadas de un mundo mejor y tecnificado, pero sabemos que no es posible y que solamente va a regenerar en un nuevo sistema de esclavitud y de servidumbre”.
En este sentido, Pissolito presentó dos mundos posibles: uno en donde una élite reducida es la que disfruta mientras una “masa sudorosa es utilizada como mano de obra esclava”, y otro en donde el sindicato defiende al trabajador y le garantiza acceso a la educación, a la salud y a otros derechos.
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