Los días con altas temperaturas que sorprendieron en este invierno llevaron a la Argentina a cancelar otro envío de gas licuado, de las partidas que había contratado a principios de año.

La empresa estatal de energía Enarsa tomó esa decisión ante la menor demanda que hay en esta temporada por las temperaturas más altas de lo habitual.

El vendedor fue TotalEnergies y, por cancelar la operación, el país debió pagar US$5 millones.

Ante la escasez de divisas, resulta más conveniente pagar esa penalidad que hacer el desembolso por un gas importado más caro que el que produce el país y que el nuevo gasoducto Néstor Kirchner permite sacar de Vaca Muerta.

Incluso, trascendió que Enarsa estaría negociando también cancelar próximos barcos: hay dos más que estaban comprometidos para llegar este mismo mes.

En junio, la Argentina había rechazado un cargamento que estaba programado para ser entregado por la suiza Gunvor, pero que traía GNL de Rusia, a causa de posibles sanciones a nivel internacional que impiden la realización de ese tipo de operaciones.

La carga, que iba a llegar a Bahía Blanca, cambió abruptamente de rumbo en el Atlántico para dirigirse a Francia.

El clima templado de este invierno redujo la demanda de combustible para calefacción.

En un encuentro con analistas, Pampa Energía, importante productor de gas, informó que el invierno templado debilitó la demanda interna, redujo su producción y las ganancias del segundo trimestre.

La compañía también aseguró que la puesta en marcha completa del nuevo gasoducto Néstor Kirchner se retrasó debido a que una carga de GNL se descargó en Bahía Blanca esta semana.

La línea sólo comenzó a operar a su capacidad diaria total actual de 11 millones de metros cúbicos esta semana.

La Argentina había destinado en 2022 casi US$5.000 millones por arriba de lo previsto en importaciones energéticas, a causa de que la invasión rusa a Ucrania había disparado los precios internacionales de la energía y, cuando el país necesitó importar gas y gasoil, los valores estaban por las nubes.

Entonces, para evitar ese escenario, este año Enarsa anticipó compras de buques de gas en el verano, para evitar la posible suba en el invierno. Pero los pronósticos cambiaron.

El invierno europeo y occidental fue más benigno de lo esperado, la demanda de gas no fue tan alta y los precios de ese producto cayeron.

La Argentina adelantó las compras para ahorrar, pero si hubiera adquirido el gas sobre la marcha- como hizo el año pasado-, hubiera pagado menos. Claro que el riesgo de quedarse sin gas era alto.

Enarsa inició las compras de gas en febrero. Adelantó la compra de 30 barcos para el invierno y se comprometió a pagar a US$19 por millón de BTU (la unidad de medida).

Pero los precios bajaron y están más cerca de US$12 (mientras que el valor local ronda los US$4,5).