El Gobierno nacional lanzó las nuevas etapas del Plan Gas con las que buscará avanzar hacia el autoabastecimiento y la generación de capacidad exportadora, lo que permitirá un ahorro fiscal de US$ 19.000 millones hasta 2028 en importaciones de gas, de los cuales US$3.200 se reflejarán el año próximo, y se prevén unos US$ 7.000 millones de inversión para los próximos cinco años.

Así se planteó en ocasión de la presentación que encabezó el presidente Alberto Fernández en el Museo del Bicentenario de Casa de Gobierno del Plan Gas IV que prorrogará hasta el 2028 del actual plan que vence en 2024; y el Plan Gas V que prevé la licitación de los 11 millones de metros cúbicos día (m3d) que estaría disponible para junio-julio del 2023 cuando se finalicen las obras del Gasoducto Néstor Kirchner.

En el acto estuvieron presentes los gobernadores de Neuquén, Omar Gutiérrez, de Chubut, Mariano Arcioni; y de Río Negro, Arabela Carreras, junto a directivos de empresas petroleras y dirigentes gremiales del sector.

Alberto Fernández, en su discurso, aseguró que el Gobierno va a «construir un sistema legal que dé certezas al sector hidrocarburífero», para «aprovechar las oportunidades que la Argentina no debe dejar pasar». «Vamos a seguir adelante con todos los incentivos, dando la normativa necesaria que la actividad está reclamando, y vamos a exigirles inversión, producción y trabajo a quienes se beneficien con eso», afirmó Fernández.

 

El Plan Gas 2023-2028 busca potenciar la producción federal de hidrocarburos, el autoabastecimiento interno, las exportaciones, la sustitución de importaciones y la expansión del sistema de transporte para todas las cuencas hidrocarburíferas del país.

En ese sentido, el presidente aseguró que se puede «convertir a la Argentina en un enorme proveedor de energía», lo que requiere un «nuevo diseño de desarrollo» que vea la manera de «aprovechar el gas» que tiene el país y que el mundo y los argentinos necesitan, según definió.

«Tenemos la oportunidad de que en una primera etapa logremos que el gas de Vaca Muerta se distribuya en todo el país y alcanzar casi el autoabastecimiento; y después habrá que ofrecer gas al mundo», afirmó al impulsar la producción de Gas Natural Licuado.

En el encuentro se destacó que más del 60% de la generación eléctrica en nuestro país se obtiene a partir del gas, y por eso forma parte del plan de transición energética como el principal vehículo para este proceso y por ser considerado el combustible fósil menos contaminante.

El plan contempla la extensión del esquema actual para dar previsibilidad a los productores, permite la internalización de eficiencias productivas mediante mejora del precio tope, y reconoce precios diferenciales por cuenca compensando heterogeneidad. A la vez mejora en las condiciones para el otorgamiento de prioridades de exportación y genera previsibilidad para el llenado del Gasoducto Néstor Kirchner y sus futuras ampliaciones.

Al hacer uso de la palabra, Massa afirmó que el desafío que se plantea el Gobierno es que «la producción energética de la Argentina en 2027 tenga el mismo tamaño y peso de exportación que la de proteínas en el producto bruto interno». «El país puede recorrer un camino que genere en el sector energético un segundo gran jugador en el producto bruto junto a los agronegocios», consideró Massa en el «camino al autoabastecimiento energético, el país va a quedar a un paso, al 90%, en 2023».

En cuanto al impacto que se prevé tendrán las nuevas etapas de incentivo a la producción de gas en todas las cuencas, Massa resaltó que dejar de importar gas y producirlo representa en términos de ahorro por importaciones de energía hasta 2028 unos US$ 19.000 millones, de los cuales en 2023 sumarán US$ 3.200 millones.

A la vez, significará US$ 28.900 millones de ahorro en divisas hasta 2028 en todo el sector energético y US$ 4.800 millones en 2023.

En tanto que se esperan inversiones por US$ 7.000 millones hasta 2028 y unos US$ 1.200 millones en 2023, producto del incentivo a la producción gasífera.

También reseñó que esa mayor actividad se reflejará en un incremento de la recaudación fiscal de US$ 3.500 millones hasta 2028 y US$ 600 millones en 2023, y la creación de 10 mil puestos de trabajo hasta 2028.

En el inicio del acto, Royon afirmó que la prórroga del Plan Gas, mediante sus etapas IV y V, permitirá generar previsibilidad con contratos por cuatro años hasta 2028, lo que representará «un camino estratégico en pos del autoabastecimiento y el desarrollo energético».

«Con este plan se espera que la Argentina tenga la máxima producción hacia 2024» generando «ahorro de divisas, equilibrio fiscal, disminución de subsidios, más inversiones y empleos», enfatizó. En esta nueva edición se tuvo «una mirada federal, una mirada que contempla a las cuencas maduras y convencionales y el desarrollo offshore en el que estamos trabajando», reseñó la funcionaria.

La presentación del plan de estímulo a la producción gasífera fue anticipada a los directivos de las principales productoras que operan en Vaca Muerta semanas atrás por el ministro Massa cuando anunció en Neuquén una serie de medidas de incentivo para el sector hidrocarburífero, algo que volvió a realizar el viernes pasado en Houston, durante su visita a EEUU.

El Plan Gas se lanzó a mediados de noviembre de 2020, a partir del Decreto 892 para incentivar el incremento de la producción de gas natural en distintas cuencas -ante la curva decreciente de los años previos- para incrementar la oferta local ante el pico de demanda invernal y reducir las importaciones de GNL.

La puesta en marcha del plan -concretado a través de subastas- otorgó previsibilidad de precio y de plazo contractual a los productores durante cuatro años, a un precio de US$ 3,5 por millón de BTU, más un incremental para los meses de invierno.