Por Florencia Vizzi

El imprescindible aislamiento social y obligatorio dispuesto para combatir la pandemia de Covid-19 tiene su contracara, el estrago económico en los más diversos rubros de la economía. Los peluqueros no son una excepción y empiezan a sentir duramente las consecuencias de estas primeras tres semanas en que la actividad se ha parado en su totalidad. Por esas razones, desde la Cámara que los agrupa, piden al Gobierno que declare la emergencia económica para el rubro por, al menos, 180 días y, además, que se los contemple en las actividades que podrían reactivarse de confirmarse una flexibilización de la cuarentena en los próximos días.

«El universo de los peluqueros es bastante amplio», detalló a Conclusión Enzo Sagasti, presidente de la Cámara de Titulares de Salones de Peluquería y Afines de Rosario (Catispar). «En la ciudad de Rosario hay unos 800 salones habilitados. Aproximadamente la mitad de los mismos son explotados comercialmente por trabajadores autónomos adheridos al régimen de monotributo, muchos de ellos de categorías altas, y el resto como responsables inscriptos. Alrededor de 250 tienen un colaborador, y las demás tienen entre 2 y 20. Además, hay 900 peluquerías en situación de informalidad y un importantísimo número de colegas que trabajan a domicilio. Por nuestra parte, representamos a los dueños de peluquerias, explicó Sagasti.

La situación que están atravesando es tan compleja como la del resto de los comercios y pequeñas empresas, crítica. «Hasta el momento no se ha anunciado ninguna medida para el sector. Los negocios llevan tres semanas sin abrir, la gente no factura  y se hace muy dificil, imposible en algunos casos,  afrontar las obligaciones, sueldos, servicios, impuestos, expensas y cargas socialesi sindicales… en fín, todas las obligaciones que conlleva tener un comercio a la calle», se lamentó el titular de Catispar.

«Hasta el momento hemos tenido un encuentro con Sebastián Chale (Secretario de Desarrollo Económico y Empleo de la Municipalidad de Rosario), que nos adelantó que hay un proyecto con el Banco Municipal de otorgar créditos blando con un período de gracia de 3 meses que podría estar destinado al pago de sueldos por ejemplo. Si eso se concreta ayudaría, al igual que una medida anunciada por el Gobierno Nacional de una ayuda  de hasta un salario mínimo vital y móvil por cada empleado y eso colaboraría para que podamos pagar los sueldos de este mes. Pero a partir del mes que viene la situación va a ser más compleja, no hay ingresos y la gente ya no tiene más fondos de reservas», precisó Sagasti. 

En ese sentido, el presidente de Catispar manifestó que lo que están pidiendo es que el Gobierno Nacional declare la emergencia económica del sector por 180 días, y algún tipo de ayuda que los contemple. «Las que se han concedido hasta ahora son para los trabajadores informales y la gente que está muy precarizada y está perfecto que así sea. Pero para el resto, los que tenemos un comercio o estamos por fuera de las categorías A y B del monotributo o somos responsbles inscriptos aún no hay nada».

Por otro lado, desde la Cámara de Peluqueros también piden que, de confirmarse una flexibilización de la cuarentena luego de Semana Santa, el rubro sea contemplado en las excepciones.

«Nosotros consideramos, realmente con mucha convicción, si se nos otorga el beneficio de estar en la nómina de rubros incluidos, que estamos muy capacitados para trabajar con muchas medidas de seguridad. La peluquería es una actividad que está muy familiarizada con el tema de los cuidados, con el uso de descartables, guantes, esas cosas. Son medidas cotidianas para nosotros y estamos habituados a ellas. Y también estamos habituados a estándares de higiene y seguridad altos, porque es algo que nos exige el propio trabajo. No sería algo nuevo para nosotros tener que seguir estas medidas de higiene y acatar las nuevas que seguramente impondrá el Gobierno», aseguró Sagati.

Y agregó: «Sabemos que si retomamos la actividad seguramente va a haber un protocolo nuevo de higiene y seguridad y eso es lo correcto, para cuidarnos nosotros y cuidar a nuestras familias y clientes». «Podemos usar guantes, barbijos, máscaras protectoras, incluso algún tipo de mameluco si así se dispusiera. También pensamos en una modificación en las formas de trabajo. Hacerlo sólo con turnos para no generar amontonamiento de personas en el mismo espacio, por ejemplo».

El titular de la Cámara remarcó que esperan que el Gobierno pueda reconocer la importancia de la labor desarrollada por el sector y considere la reapertura de la actividad comercial. «Necesitamos de alguna manera sostener nuestros negocios y nuestra familias. Por eso pedimos que ser tenidos en cuenta»