El ministro de Economía Sergio Massa anunció este jueves una recompra de deuda externa por 1.000 millones de dólares, pero el breve comunicado no abundó en explicaciones ni detalles sobre el impacto que busca generar el gobierno con la medida ni el rol que juega la misma en el plan de gestión del Frente de Todos.

Para comprender las causas y consecuencias de esta iniciativa del jefe del Palacio de Hacienda, Conclusión consultó al economista de la Fundación Pueblos del Sur, Esteban Guida, quien explicó que la medida está lejos de representar una política consistente de desendeudamiento y apunta directamente a afectar los tipos de cambio paralelos, siempre bajo la órbita del modelo económico actual. Es decir, detrás de la carcasa de la novedad, continuarán vigentes en el país sus problemas de fondo.

«Las medidas económicas anunciadas recientemente por el ministro de Economía, Sergio Massa, llevan el título de desendeudamiento y tienden a reducir la congestión de pagos de deuda en lo pronto. Aun así, en rigor de verdad, si bien es cierto que la medida reduce la deuda en dólares, no lo hace así en términos absolutos, ya que es una deuda que próximamente va a tener el Tesoro con el Banco Central», planteó Guida ante este medio.

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Al momento de identificar los principales motivos que motivaron este anuncio, el economista señaló que el Ejecutivo apunta a controlar el mercado financiero de divisas, en lo que refiere al dólar (a través del mercado electrónico de pagos) MEP y al Contado con Liquidación.

«En los últimos tiempos se veía un incremento importante en el tipo de cambio resultante de las operaciones que dan como lugar el dólar MEP. Hay informaciones extraoficiales que hablan de algunos operadores que influyeron en ese salto en la cotización, pero lo cierto es que el gobierno quiere mantener controlados los tipos de cambio paralelos, cosa que últimamente no ha ocurrido», apuntó.

Guida resaltó que la medida dista de constituir una ruptura en la vía que transitó el gobierno hasta el momento. Por el contrario, -dijo- está enmarcada en una política de sostenimiento del modelo actual, tendiente a evitar colapsos o grandes sobresaltos en las variables, pero sin un plan económico de crecimiento y desarrollo sostenido. El patrón de esa continuidad, que constituye a fin de cuentas un cepo al progreso, es mundialmente conocido: el Fondo Monetario Internacional (FMI).

«Lo que está imperando ahora actualmente es el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que ya lleva varios años y que básicamente le permite a la Argentina mantener el flujo internacional de capitales del organismo, pero sin chances políticas de enfrentar cambios estructurales, que son los que efectivamente le permitirían al país solucionar sus problemas de fondo», acentuó el referente de Pueblos del Sur.

«De esta forma -aseveró-, se observa que el gobierno básicamente ya jugó todas sus cartas en llegar al fin de su mandato evitando crisis más agudas, pero sin modificar en lo más mínimo, no sólo lo acordado con el Fondo, sino el modelo económico que ya venía vigente desde el Gobierno de Macri y antes también».

El economista Esteban Guida.

POCO PARA COMUNICAR

El economista también hizo foco en otros detalles de la presentación de Massa que pasaron algo desapercibidos, como al duración del video en el que el ministro expuso su anuncio.

«El anuncio fue escueto, de cuatro minutos y pico, porque básicamente no hay mucho más para anunciar. A pesar de que el ministro discursivamente utilizó varios argumentos, en rigor sabemos perfectamente que 1.000 millones de dólares sobre 136.000 millones de dólares de deuda externa no es mucho ni significativo como para plantear una estrategia de desendeudamiento», explicó.

«Por otra parte -amplió-, la cantidad de vencimientos que tenemos para lo que resta de este año es realmente significativa y esto no se enmarcaría en una política consistente de desendeudamiento ni de reprogramación de pagos, que igualmente se viene haciendo».

En síntesis, tal lo mencionó Guida, la iniciativa apunta a intentar afectar los tipos de cambio paralelos, pero sin el despliegue de un plan económico que canalice los beneficios de esos resultados.

«Sigue faltando el programa económico de fondo, sostenible, para el país, pero este gobierno ha decidido no llevarlo a cabo. Vamos a ver qué pasa a futuro. Lamentablemente, ninguno de los dos frentes electorales que hoy tienen más chances de acceder a la presidencia de la nación este año (en referencia al FdT y Juntos por el Cambio) están proponiendo modelos económicos alternativos que planteen una reinserción de la Argentina en el contexto internacional y un modelo de crecimiento y desarrollo con justicia social. Ese es el gran problema de la economía y sus amenazas de no poder solucionarlo en el corto plazo», concluyó.