Compras en comercios con códigos QR, pago de servicios públicos, recarga de celulares y tarjetas de transporte y hasta inversiones, son algunas de las opciones que ofrecen las billeteras virtuales, aplicaciones que 34 bancos y empresas fintech lanzaron en la Argentina y que compiten por un espacio en el mercado de los pagos digitales, un negocio en plena expansión.

De la mano del salto tecnológico, los cambios normativos y el efecto de la pandemia en los hábitos de consumo, las billeteras virtuales salieron en los últimos tres años a buscar clientes en el universo de pagos en efectivo que, hasta 2020, representaban cerca de 9 de cada 10 transacciones.

En ese sentido, si bien el 91% de los adultos en la Argentina tiene a su nombre una cuenta bancaria, aún persiste el uso de efectivo para concretar los pagos de montos más pequeños.

Según datos del Banco Central (BCRA), cerca de la mitad del dinero que se mueve por transacciones en el país se hace en efectivo, por lo que el espacio de crecimiento de soluciones de pago digital es enorme.

«La adopción de billeteras digitales está creciendo descomunalmente y, si seguimos esta tendencia, la adopción va a ser altísima en poco tiempo», aseguró a Télam Ignacio Carballo, economista y director del Ecosistema Programas Fintech de la UCA.

«La adopción de billeteras digitales está creciendo descomunalmente y, si seguimos esta tendencia, la adopción va a ser altísima en poco tiempo», dijo Ignacio Carballo

Esta semana, un estudio sobre usuarios de dinero electrónico de la Red Link señaló que el 72% de quienes acceden a su cuenta bancaria a través del celular, ya sea por medio de una aplicación o el homebanking, tienen descargada una billetera virtual y que representa más del 200% de quienes lo tenían en mayo de 2020.

Si bien la Argentina «ingresó tarde» en el fenómeno de las billeteras virtuales que, en el mundo ya empezaba a despegar hacia 2012, ciertos cambios regulatorios sumados a la irrupción de las empresas fintech despertaron a un mercado que «hoy crece muy fuerte».

«Los pagos digitales fueron un negocio cautivo del sector bancario pero, con la irrupción muy fuerte de un jugador fintech que abrió una puerta de una industria enorme, hoy vemos cómo en sólo tres años el espacio crece y lo comparten muchos jugadores», analizó Carballo.