En 2020 y 2021, el préstamo stand by del FMI no provocará grandes impactos sobre las cuentas externas de la Argentina, ya que el mayor peso recaerá en 2022 y 2023, cuando el país deberá devover unos 45.000 millones.

Los desembolsos y pagos se compensarán mutuamente en 2020 y 2021, de modo que no exigirá «grandes esfuerzos» por esta vía, según un informe de la consultora Ecolatina.

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Sin embargo, en 2022 y 2023 la Argentina deberá devolverle casi US$ 45.000 millones (alrededor de 9% del «magro PBI» en dólares de 2018) al organismo multilateral.

La entidad indicó que «considerando los resultados de cuenta corriente (ingreso neto de divisas genuinas al país) y fiscales de los últimos años, es imposible que esos pagos se realicen con fondos propios».

Ante ello, quedarán tres opciones para evitar que la Argentina caiga nuevamente en default (cesasión de pagos):

1) Una salida a los mercados (para financiarse) inusual por su monto. (Improbable)

2) Una renegociación de los plazos de pago con el FMI.

3) Una mezcla de ambas.

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Según el análisis de Ecolatina, el curso «más probable es el último, siempre y cuando la opción política que triunfe en 2019 no adopte una estrategia de fuerte enemistad con el Fondo», lo cual sería extraño ya que, por un lado el oficialismo (que irá por la reelección) es quien acudió al FMI y casi que le debe la gobernabilidad.

Por otra parte, desde la oposición, desde el justicialismo dirigentes como Sergio Massa o Miguel Picchetto se han mostrado proclives a la necesidad de renegociar la deuda con el FMI, pero no a un desconocimiento de la misma, caso análogo con el espacio de Cristina Kirchner, aunque aun no se sabe si ambas fuerzas políticas competirán “unidas” o divididas en las elecciones presidenciales.

Ante ese escenario, el reporte concluye que «el FMI, y más importante aún, sus recomendaciones, llegaron para quedarse, por lo que también condicionarán al próximo presidente electo».

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Todo esto se refiere a las obligaciones contraídas con dicho organismo internacional de crédito por el acuerdo stand-by, pero vale recordar que esta no es la totalidad de la deuda externa argentina, ya que se le debe a otros prestamistas, “del mercado”, por financiamiento otorgado en los dos primeros años de gobierno de Cambiemos.

Estas obligaciones vencen con anterioridad a las del FMI, por lo cual deberán ser renegociadas (difícilmente puedan ser canceladas) entre 2020 y 2021.