El 1% de la población activa de Argentina, más de 160.000 personas, trabaja en plataformas digitales pero poco más de la mitad realiza aportes previsionales y sólo el 40% lo hace a una obra social, indicó una investigación del laboratorio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otras entidades.

En el informe elaborado por BID Lab, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), identificaron que más de 160.000 personas en Argentina trabajan en plataformas digitales.

Según la investigación «sólo un 55% de los encuestados afirmó realizar aportes provisionales por su actividad en la plataforma (de los cuales casi el 90% lo hace a través del régimen de monotributo), y apenas el 40% posee una obra social a raíz de su trabajo».

«Las plataformas están transformando las relaciones laborales: el contrato laboral tradicional se reduce a los términos y condiciones establecidos por las plataformas y la organización y supervisión del trabajo quedan en manos de algoritmos», afirmó el especialista en Empleo y Desarrollo Productivo de la OIT en Argentina, Christoph Ernst.

Consultados sobre el motivo por el que trabajan en este tipo de plataformas, la mayoría de los encuestados respondió que es debido a la posibilidad de generar un ingreso extra.

El estudio Economía de Plataformas y Empleo, indicó respecto al nivel de ingresos que «incluso dentro de una misma plataforma hay fuertes diferencias», sin embargo para el 60% de los consultados, la plataforma es su principal fuente de ingresos y es determinante para sostener sus gastos habituales.

El estudio hace foco en que la expansión de las plataformas y estos modos «atípicos» de empleo conlleva «más inseguridad y volatilidad laboral y menor acumulación de capacidades», para los trabajadores.

«Llevada al extremo, puede desembocar en una élite vinculada al desarrollo tecnológico y trabajadores poco calificados con salarios bajos y derechos laborales limitados», advierte el estudio.

En ese sentido la especialista del BID Lab, Erika Molina, sostuvo que «frente a este fenómeno de incipiente aparición y crecimiento exponencial, es necesario generar un diálogo multisectorial que alimente un proceso de adaptación del marco regulatorio para tomar en cuenta la evolución de las formas de trabajar y obtener ingresos, y garantizar que la regulación proteja a los trabajadores».

«Las soluciones regulatorias deben contemplar las particularidades de cada plataforma y la velocidad del cambio tecnológico y de los modelos de negocio», sostuvo por su parte, el coordinador del Programa de Ciudades de Cippec, Javier Madariaga.

En Argentina las plataformas ya tienen más de 10 años de funcionamiento, con la particularidad de que hasta el año 2016 las cinco principales eran de capitales nacionales (Mercado Libre, Zolvers, Workana, Iguanafix y Nubelo).