Por Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires 

El mundo de la pequeña y mediana empresa fue fuertemente sacudido por cuatro años de liberalismo y los efectos no deseados de la pandemia de coronavirus. Las medidas impulsadas por el Gobierno de Alberto Fernández de aislamiento obligatorio para salvar vidas, ocasionó daños colaterales en el entramado productivo nacional.

El regreso a una acotada normalidad para reactivar la actividad marcó que no todos pudieron hacerlo, la deudas por ruptura de la cadena de pagos ocasionaron cierres y en algunos casos condicionó la reapertura de negocios e industrias, que con poca suerte subsiste ante la ausencia de una demanda que les permita proyectar continuidad. 

El presidente de la Confederación General Económica Argentina (CGE), Roberto Marquínez, dialogó con Conclusión y expresó que “la situación de las PyME es muy complicada porque vienen golpeadas desde antes de la pandemia».

El empresario reconoció que la forma en la que se trabajó desde el punto de «vista gremial para defender los intereses de la pequeña y mediana empresa, en forma separada, no fue la metodología más apropiados y ya que carecía de presencia por falta de una voz unificada.  

La idea -dijo Marquinez- es que la pymes adquieran el protagonismo a través de una proyección en el tiempo con una voz que tenga presente la perspectiva de la Pyme. El objetivo es la «dinamización del mercado local, porque las pymes no viven de la exportación». 

Respecto de los paliativos para encontrar respuestas a la realidad que atraviesa el sector, enumeró que son «necesarias leyes que brinden seguridad jurídica» que se proyecte en el tiempo porque la «inversiones se piensan a largo plazo, de allí la necesidad de generar un contexto de solidez».

El titular de la CGE señaló que el crédito constituye un aporte para tener capital de trabajo para arrancar, pero no garantiza la competitividad del futuro y la posibilidad de permanecer. «La interacción con los estamentos estatales es necesario para pensar en una integración de políticas nacionales, provinciales y municipales”.

Marquinez entiende que la dinámica tecnológica, «condiciona la proyección» que se puede tener para planificar un plan de negocios.

Entre las medidas que auspician desde la CGE, la regionalización debería ser una medidas que se debe encarar, y que consiste en focalizarse en las necesidades esenciales de quienes viven en una región, y que para ello debe consumir. 

Otro de los puntos que propuso el empresario, es el desarrollo de «polos similares a los del área metropolitana, diseminados a los largo y ancho del país. En síntesis se debe apostar a descentralizar la industria”.

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